BRASILIA.— Aquí nadie se acuerda del jogo bonito, de los desbordes, de las paredes y las florituras propias del pentacampeón verdeamarela.

No, no es el Brasil que todos conocemos, pero cierra en la cima del Grupo A, pese a estar muy lejos de su filosofía futbolística.

En teoría, ¿quién podría reprocharle, si acaban de golear 4-1 a Camerún en el encuentro de la Copa del Mundo?

El punto es que nadie parece conforme con lo sucedido en Brasilia. Hay grandes dudas y debilidades que todos se cuestionan.

La victoria sobre los africanos le ha dado a Brasil, incluso la cima del Grupo A, lo que le permitirá enfrentar a Chile, segundo del Grupo B y evitar a si al poderoso Holanda. Los amazónicos han evitado a los holandeses, con todo y que los andinos resultan un rival de cuidado.

En esta ocasión, Neymar se ha apuntado otro doblete, para incrementar a cuatro su cuota, en la cima de los goleadores en esta Copa del Mundo, además de marcar el tanto 100 de la justa. El cliente favorito ha sido Camerún, que resistió 16 minutos.

Gustavo se hace del esférico por el costado izquierdo, desde ahí localiza a Neymar, quien eficaz, remata a puerta y coloca el esférico en el poste izquierdo de Itanjde.

La cosa parece resuelta, pero al minuto 25 se empata sorpresivamente el partido. Nyom burla con facilidad a Dani Alves y luego centra para que Matip la firme.

El malestar es grande entre los muchos de los seguidores, más pronto encuentran el consuelo, gracias a su niño consentido. Neymar recibe un esférico de David Luiz y enfila decidido a los zagueros, los elude y lanza el bombazo por el centro. Nada del otro mundo, sólo que el arquero Itanjde hace mal su recorrido y se “come” la anotación, sobre el minuto 34.

Al comenzar el segundo lapso (49’), David Luiz saca centro y Fred define con la testa, mas se encuentra en fuera de juego, que el árbitro sueco Jonas Eriksson no ve.

El 1-4 final ocurre en plena agonía, obra del talento de Fernandinho. Sí, Brasil golea, pero no juega bonito.

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