El dopaje en el futbol americano colegial de Estados Unidos tiene doble cara. Mientras la Asociación Nacional Atlética Colegial (NCAA), encargada de regular el deporte universitario,  informó que la disminución en los casos de positivo por esteroides anabólicos han sido gracias a su programa anual de pruebas y a los recursos implementados en educación sobre drogas, un estudio realizado por la agencia AP reveló que un importante porcentaje de jugadores recurren a los anabólicos y a la hormona de crecimiento para aumentar su masa muscular y, con ello, sus posibilidades de llegar a la NFL.

El análisis recalca que dentro de los 120 equipos que conforman  la División I del futbol americano hay decenas de jugadores que han recurrido al uso de drogas y que la principal prueba de ello, además de los testimonios, es el aumento en la masa muscular que alcanzan los atletas en menos de 12 meses.

AP encontró que muchos jugadores ganaron peso a velocidades excepcionales en comparación con sus compañeros que ejercieron el mismo plan de ejercicio.

“El incremento  de nueve a 11 kilos en  masa muscular  en un año es casi imposible a través de la dieta y el ejercicio por sí solo”, señaló Dan Benardot, director del Laboratorio de rendimiento de atletas de élite de Georgia State.

En casi todos los casos de considerable aumento de peso, los jugadores eran  linieros ofensivos o defensivos, capaces de saltar por encima del metro y medio y pesar 130 kilogramos. Cuatro de los jugadores entrevistados apuntaron que nunca usaron esteroides y que el aumento fue gracias a la alimentación. Dos deportistas reconocieron que otros compañeros usaban de manera frecuente esteroides.

Cuatro mil 700 jugadores, alrededor del siete por ciento del total, aumentaron más de nueve kilos en un solo año.

El reporte sostiene que al menos 11 casos, marcados por su aumento de peso, fallaron las pruebas antidopaje que aplica la NFL.

Pero las reglas de confidencialidad que mantiene la Liga hacen imposible saber a ciencia cierta qué fármacos se han utilizado y cuántos otros no pasaron las pruebas.

La NCAA realiza pruebas al azar sin previo aviso, pero expertos ponen en duda el rigor de los exámenes por el poco rigor con el que se realizan.

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