El Real Madrid, rey de Europa con 12 títulos, los dos últimos de forma consecutiva, inicia un nuevo camino a la historia con el reto de ser el primer club que firma tres éxitos seguidos, con un estreno a priori plácido en el Santiago Beranbéu para cambiar su irregular dinámica liguera, ante el APOEL.

El regreso de Cristiano Ronaldo ayuda. Ante la falta de pegada, con 40 remates y sólo dos goles en sus dos últimos partidos, el cuadro merengue recupera a su gran referente, aún sancionado en Liga por su expulsión y empujón al colegiado en la ida de la Supercopa de España. El portugués ha empezado marcando las cinco últimas ediciones de la Champions y no quiere faltar a su cita.

Jugará de 9 ante la ausencia por lesión de Karim Benzema, aunque Zidane avanzó una “opción nueva” para resolver los problemas. Isco Alarcón y Gareth Bale completarán el tridente ofensivo.

“Prefiero que Cristiano esté siempre con nosotros. No podemos hablar de dependencias, lo que quiero es tener a todos los jugadores a disposición y que puedan jugar. No sólo aporta goles, es un jugador importante de la plantilla, un líder que siempre quiere ganar, y lo transmite a los demás”, valoró Zidane.

Los cambios en el 11 madridista se completarán con el regreso de Keylor Navas a la portería, de Raphael Varane recuperado al centro de la defensa y Mariano con Luka Modric al centro del campo tras las rotaciones fallidas ante el Levante. El Real Madrid encadena 10 temporadas consecutivas ganando su primer partido de la competencia europea y es garantía de gol con un récord que ya alcanza los 71 partidos marcando.

El APOEL chipriota tiene el peor de los recuerdos del Real Madrid, equipo que le hizo despertar del sueño en su mejor aventura en Champions League. Hace cinco años le vapuleó en cuartos de final con un total de 8-2 en la eliminatoria.

Para esta temporada, el cuadro de Nicosia se reforzó con el portero mexicano Raúl Gudiño, el centrocampista noruego Ghayas Zahid y el beninés de origen francés Mickael Poté, quien llega tras marcar en su debut y con el sueño de hacerlo en el Bernabéu. Llegan a la cita de un plácido debut liguero, endosando un 1-4 en casa del Nea Salamis Famagusta.

“La presión se siente hasta en cualquier amistoso en el Real Madrid, estamos acostumbrados”, añadió el estratega merengue. “Somos favoritos como muchos equipos en la Champions, no va a cambiar que lo seamos. Sabemos lo que tenemos que hacer para seguir adelante y empezar bien, porque al final se habla de ganar el título, pero para eso hay que hacerlo bien”.

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