El cáncer le arrebató la vista, pero no le quitó las fuerzas para luchar. Rafael Jaime Jaramillo, después de debutar hace un año en el Triatlón San Gil 2013, promete regresar este 2014.

Hace un año en la tradicional justa de San Gil se convirtió en el primer atleta invidente en tomar parte de esa competencia, que se llevará a cabo este fin de semana. Es el primer mexicano en su condición en completar un Ironman.

En entrevista telefónica con EL UNIVERSAL Querétaro, el atleta duranguense afirma que la única discapacidad que se tiene está dentro de uno mismo.

“La única discapacidad emana de la pereza, de los miedos, del conformismo, y que simplemente lo que tengo es una diferencia física a los demás”, señala.

Explica que a él, practicar deporte le ha servido como terapia en aquellos días en los que la moral no está en su mejor momento.

“Hace siete años me quedé ciego a raíz de un cáncer, entonces hacer este deporte es una motivación constante, es un analgésico a mi cabeza cuando llegan esos bajones en el estado de ánimo”, abunda el atleta de 26 años.

Esto es, indica, un antecedente que se deja en el deporte, pero que tiene analogías en cualquier aspecto de la vida, en el trabajo, en el aspecto familiar, en el educativo, “al final de cuentas es como un trabajo también, porque yo dependo totalmente de un guía tanto para nadar, para hacer la bici, para correr y aquí son bien importantes la comunicación y la paciencia, la tolerancia, el trabajo en equipo y esto me ha traído un crecimiento no solo como deportista, sino como persona en todos los aspectos de la vida”.

En Durango, Rafael ayuda a una fundación que apoya a niños que padecen cáncer. “Estoy en colaboración con la Casa y Fábrica de Chochos, que es un movimiento que apoya a niños con cáncer, llegué y tenía la idea de hacer una carrera, acá en Durango, pues ha tenido mucho auge el running, entonces faltaba esa carrera que congregara a todos los deportistas, con una acción, de apoyar a un grupo desprotegido y creo que es una manera de retribuir lo que me ha dado la vida”.

“Si bien yo tuve la suerte de que mis papás contaran en ese momento con la solvencia económica para sufragar un proceso como quimioterapias, radioterapias, medicinas, y yo también tuve la fortaleza física para soportar esto y tolerar el cáncer y si bien tuve el apoyo emocional e incondicional de mi familia, muchas personas que están pasando este proceso no tienen ni siquiera una de esas tres circunstancias”, agrega.

Rafael, quien nació en Salamanca, Guanajuato, pero desde los primeros días de vida sus padres lo llevaron a Durango, busca sensibilizar a la gente sobre los grupos vulnerables o enfermos. Asimismo, busca servir como inspiración a quienes enfrentan alguna circunstancia adversa en la vida.

“Ver el resultado o el impacto que he creado en la gente, que en algunas ocasiones me dicen sentirse motivados, me hace buscar cosas más grandes. Yo quiero ser el primer ciego en el mundo que haga un Ultraman, lo voy a agendar para dentro de dos años, quiero hacer doble Ironman o eventos más duros, más rudos, con el afán de decirte, si Rafa Jaime puede, a ti qué te falta”, comparte.

Sobre la dificultad de verse incluido en actividades deportivas acota que es contradictorio.

“Creo que aquí se trata de abrir brecha y de buscar eso. Por ejemplo, cuando recién me quedo ciego, participo en paralimpiadas por primera vez, en Puebla. Así, a los siete meses que yo me quedo ciego, voy, participo, gano en lo que iba, pero decido no volver a participar en una categoría paralímpica por el trato lastimero y adulatorio que se da. Y la verdad es que nadie se merece ese trato y menos, pues en este aspecto, las personas con una diferencia física, que no, la verdad ese trato no me agradó.

“Entreno igual que todos, no entreno ni sectorizado ni nada, pues busco mis adaptaciones, la única adaptación que he tenido es mi bicicleta doble, pero fuera de ello lo hago normal. Nado en presas, mares, lagos. Corro en carreteras, parques, pistas. Mi bicicleta la hago en pista. Entonces es muy difícil que el medio se adapte a ti, entonces es más sencillo que yo me adapte al medio”, añade.

Adelanta que espera participar en el triatlón de San Gil, “es donde debuté, es mi evento personal y es donde quiero hacerlo año con año, porque tienes el apoyo de la gente y su cariño, además es un triatlón bien organizado, muy bonito, es un evento de ley. Termino con el Ironman de Cozumel, en noviembre, y mi ruta Durango-Mazatlán antes, en agosto. Lo demás son carreras en Guadalajara, León, Durango, que esas las tomo como parte del entrenamiento”.

Concluye mandando un mensaje a quienes tienen un problema o enfrentan una adversidad en la vida, para que luchen y se enfrenten a la misma. “No se dejen absorber por esa discapacidad, que es esa pereza, ese miedo, ese conformismo, que es simple y sencillamente quedarse en esa zona de confort, quedarse en esa burbuja”.

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