PACHUCA.— José Luis Trejo manotea, le da indicaciones a sus Pumas para que traten de ser más punzantes, pero no lo logra, su equipo luce sin remedio, es el penúltimo lugar del futbol mexicano. El triunfo no llega para Universidad, está un poco más cerca de conseguirlo, pero no lo logra y empata a cero con los Tuzos.

El nuevo timonel aurizul poco puede hacer desde la banca. Lo más que consigue es gritar para tratar de mejorar la estrategia hacia el triunfo. El área técnica es cruel y no deja que sus ideas vayan más allá de meras intenciones. Pumas fue anoche una calca de lo que ha sido su mediocridad en el torneo. No gana en el certamen, que lleva ya nueve jornadas.

El nuevo estratega capitalino, en su presentación, cambia poco de jugadores. También cree que Luis García es prescindible del 11 inicial.

Coloca a Luis Fuentes de contención y a Fernando Espinosa de lateral derecho. Ya para el segundo tiempo mete a Carlos Orrantia para ser volante derecho y Javier Cortés por la izquierda. Muchos cambios para un equipo que sigue deprimido en el Apertura 2013, con cinco puntos de 27 posibles.

Ya sin Antonio Torres Servín, Pumas se nota igual. Ariel Nahuelpán muy solo, Martín Bravo sin jerarquía y Cortés extraviado. Los delanteros universitarios se mantienen secos, sin pegada y asfixiados en su falta de imaginación. Los trazos en el medio campo felino son imprecisos y la defensa cumple con lo justo.

Lo único que pudo insinuar el equipo del Pedregal fue una leve mejoría en actitud, para recuperar la agresividad perdida en el último año y medio. Ya con García Sanz, en el campo, los auriazules tienen más claridad, pero no les alcanza para sumar de tres.

Pachuca luce un poco más propositivo. Enrique Meza se mantiene a la expectativa de lo que será su equipo, ahora que vuelve. Un balón en el travesaño de Fernando Cavenaghi frustra la victoria.

El Ojitos sabe que tiene que trabajar a los Tuzos para que resurjan.

Universidad se volcó hacia el frente en los últimos minutos. Se topó con la falta de puntería que ha acusado.

Al final, Trejo trata de ganarse a la afición con una mueca y el pulgar arriba, pero desde la zona donde se instalaron los fans existe nula respuesta.

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