La gobernación de Río de Janeiro negó que el estadio Maracaná, tras las reformas a las que está siendo sometido para que pueda ser utilizado en el Mundial de fútbol que Brasil organizará el próximo año, necesite de nuevas obras para adecuarlo para los Juegos Olímpicos de Río en 2016.

"El gobierno del estado de Río de Janeiro aclara que el estadio Maracaná no será cerrado para nuevas obras tras la conclusión de las que son realizadas actualmente", según un comunicado divulgado hoy por la gobernación.

De acuerdo con la nota, las reformas actualmente en ejecución dejarán al templo del fútbol brasileño listo tanto para el Mundial de 2014 como para los Juegos Olímpicos de 2016.

El gobierno regional de Río de Janeiro salió al frente a versiones de diferentes medios de comunicación según las cuales las costosas reformas realizadas para atender las exigencias de la FIFA no son suficiente para atender las exigencias del Comité Olímpico Internacional (COI).

De acuerdo con tales versiones, los cerca de 500 millones de dólares invertidos en la modernización del Maracaná no atienden normas del COI en 39 aspectos, entre los cuales las dimensiones de los túneles de vestuarios o la resistencia de la cobertura.

La gobernación aseguró que mantiene constante contacto con el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Río y que las actuales obras en el Maracaná satisfacen "las exigencias y estándares internacionales".

Admitió, sin embargo, que "hay solicitudes (sobre exigencias) que, naturalmente, siempre son negociadas entre las partes de forma armónica".

Pero, agregó, "no habrá cualquier obra de modificación del Maracaná" tras las que están siendo finalizadas actualmente, con excepción de las que serán realizadas en el entorno del estadio y que serán costeadas por la empresa que se adjudique la administración del escenario deportivo en la licitación de privatización prevista para este mes.

El Maracaná fue construido en 1950 para el Mundial de ese año y fue objeto de una gran reforma para los Juegos Panamericanos de 2007, cuando se instalaron sillas en todo el recinto.

De cara al Mundial se ha acometido una reforma aún más profunda que, de la estructura original, solo ha conservado la fachada del mítico estadio.

Está previsto que el estadio reabra sus puertas el 27 de abril próximo para un partido entre "amigos" de Ronaldo y Bebeto, al que solo podrán asistir los trabajadores que han participado en la obra.

El 2 de junio acogerá un amistoso entre Brasil e Inglaterra, por primera vez con público, y ese mismo mes recibirá tres partidos de la Copa de las Confederaciones, entre ellos la final.

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