Ser leyenda como jugador de los Pumas no le basta a Darío Verón. Quiere que su figura no se quede en cumplir 347 partidos de Liga y Liguilla como el felino no nacido en México con más duelos, sino ser el próximo gestor de "cachorros" que defiendan los colores auriazules.

"Me gustaría mucho dirigir a las fuerzas básicas de Pumas, para enseñar lo que aprendí en mi carrera. A los canteranos, guiarlos para que sean referentes del equipo. Lo primero que pienso para futuro es ganar más campeonatos para la institución, es lo principal en este momento", asegura el defensa paraguayo.

Verón batirá el récord que todavía comparte con Leandro Augusto. Los próximos 90 minutos en Pachuca, le harán romper el empate que tiene con el hoy jugador de los Xolos de Tijuana (346 duelos jugados).

"México y Pumas me han dado todo. Estos 346 juegos han sido para mi trayectoria, los más importantes, porque han sido con el equipo que me ha dado todo. He conseguido ser referente en la defensa central de Pumas y he mantenido mi estilo", presume el paraguayo.

Universidad supo del paradero de Darío en la Copa Libertadores 2003, cuando enfrentó al Cobreloa chileno, club de procedencia del zaguero. En ese torneo, el férreo sudamericano lució para que su equipo avanzara a cuartos de final sobre los del Pedregal.

Hugo Sánchez, el entonces técnico del representativo de la UNAM, decidió ficharlo y desde entonces se ha convertido en una pieza fundamental para que los felinos hayan conseguido sus últimos cuatro títulos.

Presente en el equipo del bicampeonato de 2004 y del cuadro auriazul campeón en los torneos Clausura 2009 y 2011, atesora los momentos en que se consagró como monarca, como sus recuerdos más valiosos en México.

"Para mí, los cuatro campeonatos son los que he vivido con más intensidad desde que llegué a esta gran institución, los cuales han sido muy importantes para el club y para mi persona, en particular, estoy muy orgulloso de esos logros", se alegra.

Su trayectoria -además de las estrellas conseguidas- incluye un historial de disciplina y una importante cuota anotadora para un elemento que no está acostumbrado a pisar el área enemiga.

En los 346 encuentros que tiene en el máximo circuito como puma, Verón ha anotado 15 goles, ha recibido 96 tarjetas amarillas y apenas seis expulsiones. Como valor agregado, ahora es el capitán auriazul, que ejerce el liderazgo en el terreno de juego.

"Trato de trabajar al 100 [por ciento] para mantener mi regularidad y ser titular, es lo menos que puedo hacer para el equipo que me abrió las puertas en México. Es un equipo que me ha dado la oportunidad y me ha dejado ser un referente para la afición. Esta afición me ha enamorado desde que llegué, siempre he sido agradecido con ellos y con la directiva", describe el jugador guaraní.

A los 33 años, al paraguayo le queda hambre de triunfo. Las conquistas que tiene en su palmarés, aún no le conforman y se compromete a lograr más con los universitarios.

"Esta institución se merece todo mi respeto. Cuando llegué tenía mucha hambre de triunfo, y la sigo teniendo, de ganar cosas importantes para Pumas", avisa.

El retiro cada partido se acerca más para Verón. Dejar Ciudad Universitaria para buscar otro lugar para decir adiós a las canchas está descartado por el sudamericano. Se siente con deseos de terminar su carrera como un puma por siempre.

"Sinceramente sí me gustaría terminar mi carrera acá como profesional. Todo me gusta de Pumas. El cariño de la gente, de mis compañeros, ex compañeros, directivos, es una institución con mucha alma, disfruto [eso]", expone.

Pero cuando llegue el momento de colgar las botas, sólo será para buscar formar a los próximos felinos, porque cumplir 347 partidos con la camiseta auriazul, aún no es suficiente para el legendario Darío Verón.

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