Salvador de Bahía.— Mientras va manejando su Uber, Ricardo pregunta por Juan Carlos Osorio.

“Estuvo como entrenador en Sao Paulo y supe que con México perdió 7-0, ¿contra Argentina o fue Chile? Chile, cierto. ¿Qué dicen de él en México?”, cuestiona.

Le gusta el futbol, pero más que haya una pequeña presencia de los Juegos Olímpicos en Salvador de Bahía, donde vive y donde a diario lucha para subsistir.

“Me da más ‘dejadas’. Es una bendición para mí porque significa más dinero y en Brasil la situación económica está muy difícil”, comparte Ricardo de muy buen ánimo.

Revela que tiene una carrera; es ingeniero, “pero ahora mismo estoy parado [desempleado]”. Decidió dar el servicio de traslado en su auto particular para obtener recursos y señala que le va bien, lo suficiente para tener una vida digna en Brasil. “Gano entre 150 y 200 reales, como promedio al día”, expresa.

Pero también el “Uber olímpico” tiene problemas, y serios, pues cuenta con detractores por varios frentes. Tal y como sucede en México.

“Ha pasado que he ido a recoger a un pasajero y los taxistas quisieron hacerle vandalismo a mi carro”, rememora el chofer, y el recuerdo le provoca dolor, coraje y hasta desesperación ante la falta de apoyo.

“Los taxistas no nos quieren mucho. Piensan que les venimos a robar el trabajo, pero es una forma de obtener ingresos”, justifica.

Con el gobierno también tiene conflictos. “Nos quisieron quitar durante algún tiempo. Decían que con un carro particular no debíamos dar servicio. Metieron un recurso de que era anticonstitucional y permitieron que sigamos”, describe Ricardo.

Las tarifas para los usuarios de Uber en Salvador son prácticamente de la mitad de lo que cobra un taxi “normal”. Las unidades que ofrecen la aplicación son relativamente nuevas y siempre son propiedad de quien los usa. En México hay choferes que entregan cuenta a los dueños de los automóviles.

Ricardo tiene trato amable. Busca hacer la plática en todo momento y se centra en lo que será la escuadra brasileña de futbol durante los Juegos Olímpicos.

“Hay buen equipo y siempre salen a ganar, aunque últimamente no nos ha ido nada bien”, apunta.

“Neymar es un gran jugador, es el mejor de todos los que tenemos para este evento. Vimos que México les ganó la final en los últimos Juegos y espero que ahora no pase lo mismo”, anhela.

Y luego de alabar las virtudes de su selección, pregunta si con México vienen el “Chicharito”, Rafael Márquez o (Andrés) Guardado.

Al recibir una respuesta negativa se desencanta. Pensaba encontrarlos en algún momento. Ni siquiera el escuchar que Oribe Peralta acude a Río 2016 lo reconforta.

Prefiere manejar su Uber y seguir la ruta establecida rumbo al lugar de entrenamiento del Tri. Maneja el vehículo que le permite vivir con ingresos dignos, aunque tenga problemas con el gobierno y con los taxistas convencionales. Como en México.

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