Da lo mismo si ya han recorrido la vereda de las ilusiones o es su primera aventura sobre el camino que finaliza en la Copa del Mundo, la emoción se asoma por sus ojos. Es el fulgor que delata la alegría que genera cumplir uno de los sueños más preciados.

Experimentados y jóvenes, figuras o con un perfil bajo, los futbolistas de la Selección Mexicana admiten ansiedad y confianza, a 100 días del silbatazo inicial en Brasil 2014.

“Veo al equipo muy bien, comprometido y listo para hacer lo que Miguel [Herrera] pretende”, sentencia el guardameta Moisés Muñoz, quien se perfila hacia su primer Mundial. “Aunque debemos concentrarnos en los juegos de preparación que vienen, es inevitable pensar en la oportunidad de estar en un evento que todos soñamos desde la infancia”.

Anhelo que no se pierde con el paso del tiempo, mucho menos a causa de las odiseas vividas en el pretérito. Rafael Márquez jugará el máximo evento futbolístico del planeta por cuarta ocasión… Y las sensaciones son las mismas que hace 12 años, cuando se alistaba para participar en Corea del Sur-Japón.

“Los nervios nunca se irán, eso no cambia”, afirma el capitán tricolor. “Jugar un Mundial es algo importante y yo me estoy preparando para, si me toca, hacerlo bien, ayudar al equipo. No habrá otra oportunidad, será el último para mí, así es que quiero que se vea al mejor Rafael Márquez. Tenemos un buen grupo y ahora que nos juntemos con la gente que está en Europa, nos fortaleceremos”.

Algunos saben que cuentan con un sitio garantizado en la nómina mundialista, pero son respetuosos y dirigen su discurso a la relevancia de mantenerse en un nivel importante para tener una oportunidad en los lienzos verdes del gigante sudamericano.

“Nadie puede sentirse seguro”, ataja Oribe Peralta, cuya hoja curricular y calidad lo convierten en un indiscutible de El Piojo”. “Por supuesto que es un gran sueño jugar en el Mundial, pero lo primero es hacer bien las cosas, responderle al director técnico y ganarnos un lugar”.

“Quienes vayan a Brasil deben saber que es hora de demostrar que México puede competir en un Mundial”.

Objetivo trazado por Herrera desde que relevó a Víctor Manuel Vucetich. Esa filosofía arrojada del carismático entrenador seduce a sus futbolistas, hace conexión con ellos, ya que desean ser la generación que quede marcada por dar el salto que los verdes prometen materializar desde hace dos décadas.

“Todos nos estamos matando para ganarnos un lugar”, subraya Francisco Javier Rodríguez, quien busca su tercer Mundial. “Queremos hacer historia con la Selección”.

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