Alcanzar los cuartos de final en un Mundial es la obsesión tricolor desde hace 20 años. El problema es que, a 100 días de Brasil 2014, varios de los hombres que fallaron en esa misión vaticinan que ahora será más complicada.

La XX Copa del Mundo significa la sexta oportunidad durante la época contemporánea del representativo mexicano, esa en la que amaga con asestar el batacazo definitivo, escenario poco factible para ex estrategas y seleccionados nacionales.

Vicisitudes durante la eliminatoria, cambios en el banquillo y los pocos meses de Miguel Herrera al frente, sus argumentos.

“Parece mucho más difícil [disputar el quinto partido] por cómo llegó México, las bajas de juego de algunos futbolistas importantes”, considera Jorge Campos, portero titular en Estados Unidos y Francia. “Eso parece, pero en 1998 perdimos 400 mil juegos antes del Mundial, y empezamos a ganar, nos fuimos para arriba. Así somos. Falta planeación en muchos aspectos”.

Defecto que genera la inestabilidad que caracterizó al combinado en el sinuoso camino.

José Manuel de la Torre, Luis Fernando Tena, Víctor Manuel Vucetich y El Piojo, encabezaron un proceso que terminó en el fin del orbe, donde se halló el reintegro mundialista. Herrera llegará a Brasil con ocho meses en el cargo y 10 partidos dirigidos.

“El tiempo puede ser un arma que no favorezca, porque con tantos cambios de entrenadores y tantas malas decisiones, indudablemente que la inseguridad irradiada no ayuda para mostrar la fortaleza colectiva que debe tener una Selección”, afirma Hugo Sánchez, director técnico nacional entre 2007 y 2008. “Como mexicano, me gustaría que se hiciese historia”.

No ha sido así desde hace dos décadas, cuando El Pentapichichi seguía en la cancha. El Tricolor jugó la ronda de los ocho en México 1970 y 1986. Fuera de casa, no ha superado los octavos de final.

“Es como peor se llega a una Copa del Mundo, mas como nos gusta vivir en la cornisa y, de pronto, de la nada somos capaces de hacer magia... No vaya a ser que ésta acaba siendo una de las selecciones históricas y rompe esta barrera asquerosa del cuarto partido”, comparte Luis García, autor de dos tantos en 1994. “Aunque hoy parece ser que esta posibilidad del quinto partido está más alejada que en épocas pasadas”.

Por lo que será clave no errar en la elección de jugadores. Manuel Lapuente, entrenador en Francia 1998, quisiera que los duelos de preparación fueran en entornos complicados, así es que solicita al Piojo máxima atención al delinear su grupo.

“Si hace una Selección realmente buena, poderosa, qué bueno... Y, si le toca perder, ni modo, pero que le toque perder, no que caiga por falta de ambición, coraje, carácter, y luego por falta de futbol”, aconseja.

Luis Hernández, máximo romperredes mexicano en copas del mundo (cuatro goles en 1998), también ve difícil sortear la “ronda maldita”, pero solicita no pensar en los octavos de final antes de tiempo: “Es complicado, si dejamos de hacer las cosas. Conforme se juega... Dar el primer paso bien, lo cual llena a uno de confianza para pensar en pasar al quinto partido, pero no hay que pensar en eso, cuando todavía ni se ha jugado el primero”.

Mal que aquejó a la Selección Mexicana durante la eliminatoria. Campos considera que “todo se olvidará”, si se logra el objetivo, mas pide genuina autocrítica.

“Tuvimos mil sistemas de juego en tres meses, es increíble”, lamenta. “Todo se rompe. Íbamos muy bien con El Chepo, hizo grandes cosas, pero algo pasó y luego viene otro, otro y otro. Tuvimos cuatro directores técnicos en un mes... No son muchos, pero bueno [ironiza]”.

Cúmulo de factores que, a 100 días, impide soñar con vencer a esa bestia negra.

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