Antes del fracaso, la encomienda fue clara en el vestidor del Guadalajara. Matías Almeyda le dijo a sus pupilos: “Nos queda este torneo para ganar una Copa. Así que salgan a dejar hasta lo que no tengan”. Y le fallaron.

Ahora, sin la posibilidad de defender el trono de Copa, el discurso del pastor esconde los reproches: “Me queda una mezcla de sensaciones, porque el partido estuvo bien jugado, pero el objetivo mayor era llegar a otra semifinal y superar ampliamente al rival”.

El estratega reconoce que el rostro de estas Chivas no es reflejo de lo que ha buscado inculcar. Se va dolido porque este Apertura 2017 no hay nada por pelear.

“Chivas es muy grande, haberlo cambiado en su momento y haber retrocedido es de muchísimo dolor, no sólo es un equipo de futbol, representa a México y hablar de eso es muy profundo, entonces dentro de un resultado está cambiar diferentes mentalidades con el hecho de ser ganador”.

Sobre la limpia en el Rebaño, Almeyda advirtió que “se hará un análisis profundo para saber de los jugadores que quieran defender esta camiseta con amor y pasión como el semestre pasado”.

Seguiría Rergis. A pesar de que la forma en que llegó a la dirección técnica del Atlante no fue nada elegante —muchos aseguran que le “tendió la camita” a Raúl Gutiérrez—, todo hace indicar que Eduardo Rergis se ha ganado el derecho de continuar. El presidente azulgrana, José Lavín, había manifestado que la estancia de Rergis se evaluaría después de terminada la campaña, pero tras estos triunfos, parece que le pondrán “palomita”. Redacción

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