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Hace tres años Netflix dio un salto al pasado para situarnos en los 80 y mostrar una historia sobrenatural protagonizada por unos niños: Stranger things. Ahora la plataforma online viaja décadas más atrás, específicamente a los 60 y de ahí dará un salto para situarnos en un hipotético y futurista año 2046.
Perdidos en el espacio es la nueva apuesta de la compañía que revivió el clásico de 1965 y que, de acuerdo con sus productores Burk Sharpless y Matt Sazam, busca homenajear el show en el que se basan pero a su vez mostrar una radiografía de lo que la raza humana podría perder si sigue enfrascada en guerras políticas y desperdicio de recursos naturales.
“Amamos el show original porque creemos que uno de sus grandes aportes ha sido que le enseñó a varias generaciones que debían aprender a adaptarse, trabajar juntos y formar nuevas alianzas, si deseaban sobresalir en un entorno con peligros en cada esquina, algo que lamentablemente con los años hemos perdido”, señala Sharpless en entrevista telefónica.
El programa que se estrena hoy en el servicio streaming tenía que adaptarse, pues aunque hablaba de un futuro lejano, las nuevas tecnologías también han obligado a que ese futuro se modifique.
La historia de Perdidos en el espacio —cuyo show original recién cumplió 50 años de transmitir su último capítulo— se centra en la estrecha relación de la familia Robinson y lo que sucede luego de que su nave se queda varada en un planeta desconocido, todo esto en un futuro en el que la colonización del universo es una realidad.
En la serie original el futuro se situaba en 1997, ahora es en 2046 y, si bien sus creadores desconocen si el mundo que presentan será una realidad, desean que la tecnología se use en pro de la humanidad.
“En aquellos años (los 60) se tenía una esperanza en el futuro y la humanidad, la carrera espacial comenzaba y se creía que el futuro daría mejores cosas, hoy vivimos en un mundo donde no tenemos certezas del futuro inmediato y menos del lejano hay incertidumbre. De alguna manera eso hace que la serie sea un poco más realista o por momentos oscura, no por eso menos divertida”, detalla Burk Sharpless.
Con millones de fans amando el clásico de los 60, Burk y Matt saben que la presión es mucha pero confían en que siendo ellos seguidores del original logren complacer hasta a los más rudos críticos.