La historia de la escultura queretana necesita un apartado específico para hablar de sus piezas religiosas y muy especialmente de las imágenes de Jesús crucificado. Por ello, el investigador Gallos gana aire; Lozano, tiempo presentó en el 2002 Los Cristos de Querétaro, catálogo reeditado en este 2017.

El libro reúne piezas desde del siglo XVII, obras creadas por escultores con licencia o indígenas y mestizos que hacían sus cristos de forma anónima.

Son 33 imágenes las que se aprecian en la publicación, vienen con su fotografía y su ficha, datos que permiten ubicar su origen y el de su creador. Del barroco se aprecian Cristos con formas “muy torcidas”, a diferencia de los Cristos neoclásicos a quienes no se les notan heridas, dice Anaya Larios, pero los artistas anónimos exageraban con la sangre, con la exposición de huesos, heridas y moretones.

“La gente siempre buscó el tono dramático, el tono cruel, que estuvieran golpeadas, que se notará el pómulo, el moretón, los huesos, que las espinas de la corona se vieran grandotas, que choreará sangre, entonces independientemente a la calidad estética del trabajo, la gente buscaba lo auténtico, donde sí hubiera una nota de dolor, una nota que conmoviera”.

Mientras en las iglesias se apreciaba la obra de reconocidos escultores, artistas con autorización, el pueblo tenía en casa sus propios Cristos, hechos por los artistas anónimos.

“La devoción popular hizo que un escultor anónimo hiciera imágenes, al grado de que hubo una gran competencia entre el gremio de escultores y los escultores anónimos, el gremio de escultores son estas personas que tienen una autorización para ejercer el oficio y los escultores anónimos eran cualquier persona que tenía habilidad, cualquier persona que podía sacar de un pedazo de madera una imagen y no necesitaba tener un taller, la mayor parte del pueblo recurría a estos artistas (indígenas o mestizos), y podemos ver en la hechura la calidad de los trabajos, hay trabajos muy expresivos pero que les falta acabado, pintura, proporción”, explica Anaya Larios.

El libro también nuestra un documento que hace referencia a una procesión de Cristos en Querétaro, organizada por los indígenas antes de la Independencia de México, pero fue cancelada en su segundo año, porque eran más de mil imágenes reunidas en la primer convocatoria.

“Se habla de que era muy importante la procesión de imágenes religiosas, especialmente de Cristos, y en una etapa previa a la Independencia, estamos hablando de finales del siglo XVIII, en Querétaro se organiza una procesión de cristos, se concentran en la parte alta de la ciudad y salían en Semana Santa, lo que no le gusta a la autoridad es que este evento surge con los indios, los indígenas son los que tienen estas imágenes y tienen una gran capacidad de convocatoria, se habla de más de mil imágenes de cristos de diferentes tamaños que desfilaron por la ciudad, entonces lo que hacen es cancelar esta manifestación de fervor popular”.

Los Cristos de Querétaro se encuentra a la venta la Librería Diocesana Santa Clara, y pronto estará en otras librerías de la ciudad.

José Rodolfo Anaya Larios, profesor de Iconografía e Historia del Arte Virreinal en la Facultad de Bellas Artes e investigador del Departamento de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de Querétaro, contempla próximamente la publicación de los libros: Los lienzos de la Virgen de Guadalupe y La iconografía de la Virgen del Pueblito.

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