Al concluir la carrera de ingeniería civil en 1977, algunos compañeros observamos promisorio estudiar algún posgrado, eran pocos los maestros de la UAQ que en ese entonces contaban con grado de maestría y mucho más raro alguno con doctorado. Recuerdo bien los maestros que tuve en la licenciatura con grado de maestría, cuando cursé mi licenciatura, fueron cuatro, ninguno tenía doctorado. Es necesario enfatizar, que la mayoría de los maestros eran muy competentes y dedicados, con experiencia; asimismo, se tenía buena infraestructura física y únicamente se impartía ingeniería civil en la Escuela de Ingeniería, no existía otro programa de ingeniería.

En mi generación de ingeniería civil egresamos 20 estudiantes, aunque al ingreso a la carrera en el año 1973 eran muchos más, pero la mayoría no concluyeron la carrera, por abandono o por reprobación.

Al término de la carrera inicié lo requerido para llevar a cobo un programa de maestría y analizando las opciones, elegí mecánica de suelos. Por los resultados obtenidos en mis estudios de ingeniería civil, tenía pre aprobada una beca por el Conacyt para estudiar en México o en el extranjero, una vez cumplidos los requisitos de admisión de la institución pretendida, la cual debería ser de reconocido prestigio en la línea de estudio seleccionada.

Revisando los folletos informativos del Conacyt, así como la oportunidad y el reto que representaba, consideré ingresar a la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM (DEPFI-UNAM), al programa de maestría en mecánica de suelos, para lo cual era indispensable acreditar los exámenes prerrequisito y luego de aprobarlos fui admitido para realizar los estudios de maestría en mecánica de suelos, programa de gran prestigio internacional.

En Querétaro en 1977 no existía ningún posgraduado en esa área, hasta donde he tenido conocimiento, ciertamente sí había algunos ingenieros bien preparados en esa materia, como es el caso de mi magnífico maestro de mecánica de suelos y cimentaciones en la UAQ, el Ing. Ángel Trejo Moedano, quien sigue activo en la práctica profesional.

Realizar la maestría en mecánica de suelos en la DEPFI-UNAM implicó dedicación de tiempo completo, compartir la experiencia académica con colegas de gran preparación, provenientes de diversas universidades del país y del extranjero, fuimos catorce estudiantes de ese programa de posgrado que inició en 1978. Los profesores que tuve la mayoría de ellos resultaron excelentes, personajes muy reconocidos a nivel internacional, con grados de maestría y doctorado, algunos egresados de posgrados de universidades como Harvard o el MIT (Massachusetts Institute of Technology) o de la misma UNAM.

El ambiente académico en la DEPFI-UNAM, en mecánica de suelos, ha impulsado firmemente la investigación, la generación del conocimiento, siempre ha sido muy formativo y exigente, atendiendo a los requerimientos nacionales e internacionales, con significativa orientación a los problemas geotécnicos de los suelos blandos de la Cd. de México, se ha tratado del Metro, cimentaciones de edificios y del drenaje profundo, entre otros. (Continuará)

Ex Rector de la UAQ 
zepeda@uaq.mx 
jalfredozg@yahoo.com.mx

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