“Existe una gran diferencia entre un hombre y un ciudadano; un hombre es un ser invalorable; un ciudadano tiene un precio: Un ciudadano vale exactamente… ¡Un voto! (Alberto Cortéz dixit). Y lo hemos visto y vivido en centenar de ocasiones. Ante la falta de credibilidad o desinterés frente a los partidos políticos y los llamados “candidatos independientes” y según la COPARMEX, “El estado va perdiendo la batalla ante la CNTE" “http://www.eluniversal.com.mx/articulo/cartera/finanzas/2016/07/28/coparmex-el-estado-va-perdiendo-la-batalla”, de las pocas organizaciones, desgraciadamente ya infiltradas por algunos delincuentes, parte de la sociedad civil encontró un nicho de expresión, no siempre apegado a derecho, pero un medio al fin, en la Coordinadora, para expresar su hartazgo en contra de varias de las políticas nacionales.

El sistema político que antes tenía los hilos de toda la Nación para controlar o administrar, que no es lo mismo que resolver, los problemas, fue asesinado por sus más insignes representantes. Carlos Salinas de Gortari, pretendió crear en sustitución del PRI, su partido: Solidaridad; Zedillo, tomó una sana (y lejana) distancia, que lo llevó a pactar con el PAN, la entrega de la presidencia y producto de gobierno de Calderón y sus resultados, regresó al PRI a Los Pinos, con una inocente esperanza de un México mejor y vea usted en dónde estamos. En la actualidad, los tres grandes partidos PAN, PRI y lo que queda del PRD, se encuentran precisamente así: Partidos, desorganizados, luchas fratricidas y grupúsculos diseminados y por si fuera poco, EPN al nombrar como presidente del partido que lo llevó al poder, a otro de su círculo cerrado, ha dado la estocada final que faltaba para desaparecer al otrora poderoso e invencible PRI.  A parte analizaremos la actividad de Manlio  Fabio Beltrones. Parte de la sociedad, la pensante, la intelectual, la que busca un cambio (no olvidemos que la reversa también es cambio), la que quiere mejorar las cosas, se está abriendo caminos y tomando soluciones que le son incómodas a los aristócratas del poder, más preocupados con sus relojes, automóviles, viajes, “viejas”, aun cuando en la mayoría de los casos son más, mucho más jóvenes que algunos, que ver por el futuro del país. Basta asomarse por algunos instantes a las “redes sociales”; redes que ya no sirven al sistema para atrapar a la sociedad, sino son vasos comunicantes de lo que sucede en México, aun cuando un gran porcentaje no sea verdad y se llegue a los más bajo insultos y denostaciones. Otra gran parte de la sociedad organizada, se ha quedado en el pasado; se regocija en él, se pavonea; estudian lo que fue y ya no es; nos quieren ilustrar con lo inexistente, lo que aconteció, lo que ya pasó y no volverá; Andrés Oppenheimer en su libro “Basta de Historia” estudia a profundidad el tema y nos informa que en China, los estudiantes más destacados en informática, ingenierías, técnicas de computación, tienen cursos de “regularización” y estudian, previo descanso, hasta 12 horas diarias y aprender con fluidez dos o tres idiomas, mientras nosotros seguimos estudiando el pasado y ven a la luz pública, nuevas biografías de Benito Juárez, Hidalgo, Villa etc., en vez de estar al pendiente y estudiando lo que sucede en otras partes del orbe, ¡ahora y aquí! Otra muestra de que vivimos en una verdadera anarquía nos la ha sintetizado Jorge Zepeda Patterson: “La reforma de la secretaría de Educación está más entrampada que Lord Audi… Por más que argumente que el de la bicicleta lo molestaba porque no lo dejaba pasar (en un carril destinado a bicicletas) y que el policía que intentó detenerlo no tenía atribuciones porque era bancario y no de tránsito, el video viralizado en redes sociales no deja ninguna salida a este mirrey de pacotilla. Una vez que fracasaron sus esfuerzos para imponer su estatus social o amedrentar con el nombre de su padre sólo le quedó apelar a la madre de todas las argumentaciones: “Es México, güey, capta”… Del otro lado, la soberbia y la insensibilidad que supone tratar de imponer de manera vertical y punitiva un cambio laboral al interior del gremio más combativo y articulado (entre sí y con su comunidad) revela un desconocimiento abismal de la realidad. Al salirse con la suya, la CNTE le ha dicho al gobierno federal “es México, güey, capta” (”.

Desde luego amigo lector, usted tiene una mejor opinión.

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