En el marco del Día Internacional de la Mujer, es indispensable que los varones también reflexionemos acerca de lo que, desde nuestra trinchera y respetando la lucha de las mujeres, podemos aportar.

La nueva masculinidad es un concepto que tiene que ver con desarrollar nuevas formas de comportarse como hombre, cambiando algunos elementos que tradicionalmente se asocian con los hombres para formar nuevos patrones de comportamiento.

En nuestro país hemos crecido con la imagen del hombre macho, fuerte y valiente que siempre debe triunfar e imponerse a la adversidad. La época de oro del cine nacional es un buen ejemplo de este estereotipo: en gran parte de las películas lanzadas en aquella época, los hombres montan a caballo, beben, juegan, se pelean entre ellos y demás.

Lo que tenemos que comprender es que esta no es la única forma de comportarse como hombres. No estamos obligados a ser siempre duros, a no tener miedo de nada, ni a evitar mostrar nuestras emociones. Tratar de vivir de esa manera puede resultar frustrante porque es imposible encajar todo el tiempo en estos patrones de conducta que se esperan de los varones en la masculinidad tradicional.

Establecer roles limita nuestro crecimiento, pues los estereotipos nos convierten en algo que no somos y nos corta gran parte del horizonte de desarrollo al que podríamos acceder.

Afortunadamente, estos modelos están cambiando: hoy, los hombres no tenemos necesidad de ser agresivos, de sentirnos superiores a las mujeres o de no poder demostrar nuestro afecto y nuestros sentimientos de manera más libre.

Hoy, los hombres también podemos acceder a apoyo emocional y psicológico, algo que, en otras épocas estaba mal visto debido a que, erróneamente, ello era considerado como una muestra de debilidad.

Asimismo, es sustancial que los hombres seamos más conscientes para escuchar y conocer la realidad de nuestras familiares, compañeras de trabajo, amigas y de todas las mujeres, en general. Hay que reconocer y respetar su lucha.

Ser empáticos con lo que viven en su día a día es vital para construir esa sociedad igualitaria e incluyente que queremos.

Un hombre pleno, libre y de valor, no necesita sentirse superior a las mujeres, debe construir un respeto mutuo desde el cual expresarse como hombre y como ser humano, comprender que ninguno es superior al otro y que debemos trabajar juntos en igualdad, para darle una cara más justa y más fuerte a nuestra comunidad.

Como hombres necesitamos desarrollar un cambio de mentalidad, que ayude a modificar muchísimas prácticas en todos los ámbitos, para construir un modelo social más justo, que brinde nuevos espacios a las mujeres, para que todos podamos desarrollarnos y disfrutar de nuestra libertad con armonía y en igualdad.

Google News