“Lejos de constituir un sistema cerrado, queda vierta permanentemente a las cuestiones nuevas que no cesan de presentarse; requiere además, la contribución de todos los carismas, experiencias y competencias”. (Instrucción sobre Libertad Cristiana y Liberación, Sagrada Congregación para la doctrina de la fe, 22 de marzo de 1986 pág. 72).

Quien es considerado el precursor del Derecho Internacional Público, el fraile dominico Francisco de Vitoria, escribe en 1539 una “Lección denominada De Indis”; quizá para justificar, modificar o humanizar la situación de los “naturales” en la Nueva España de parte de Latinoamérica, respecto del trato que los conquistadores daban a los mismos.

El viernes 21 de julio del presente, en este espacio se pudo leer nuestra segunda entrega de la presente saga, respecto de las Leyes de Indias: “No mucho después de la llegada de los primeros conquistadores a América, la Corona española manda que se observen las llamadas Leyes de Burgos, sancionadas el 27 de diciembre de 1512, que surgen por la preocupación de la Corona por el constante maltrato a los indígenas, de acuerdo a los informes de los padres dominicos. Es menester aclarar que el nombre de Leyes de Indias, se debió a que años después del descubrimiento de América por Cristóbal Colón, se pensó que no había llegado a un nuevo continente, sino descubierto una nueva ruta marítima precisamente a la Indias Orientales. Recuerde usted que estamos en el año 1512 y las Leyes, según Néstor de Buen (Derecho del Trabajo, Editorial Porrúa 2008, página 293, ´en rigor se trata de la primera legislación social dictada en el mundo, con características que nadie consideraría hoy en día como propias de un sistema de explotación sino, por el contrario, dignas de una solución avanzada”.

Resulta indudable la gran influencia que la Iglesia Católica ha influenciado en el Derecho del Trabajo, y hoy en día en México,  en la LFT, es su artículo 74, se ve reflejado lo anterior, al estipular como días de descanso obligatorio, entre otros, el 1° de enero, por el Calendario Gregoriano que nos tenemos; 25 de diciembre (solsticio de invierno), obviamente por el nacimiento de Jesús, no obstante de que la Historia nos enseña o al menos deja entrever, que otras “divinidades” nacieron con anterioridad a Jesús, en la fecha indicada como es el caso de: “Horus c. 3000 BCE (Before Crsitho Era.- Era antes de Cristo, por sus siglas en inglés), también nacido de una virgen en un pesebre. Su nacimiento fue anunciado por una estrella. Su padre se llamaba José y su nacimiento fue atendido por tres hombres sabios, etc. etc. Osiris c. 3000 BCE - se le consideraba parte de un trio, como la santísima trinidad. Su llegada fue anunciada por tres hombres sabios. Su carne se comía en forma de pan. Del culto de Osiris surgen muchas frases de la Biblia. Krishna c. 1400 BCE - nacido de una virgen y su padre era un carpintero. Su nacimiento fue anunciado por una estrella y atendido por tres reyes magos. Perseguido por un tirano que ordenó el asesinato de miles de infantes. Tenía doce discípulos y murió en un árbol o crucificado entre dos ladrones. Zarathurstra c. 1000 BCE - nacido de una virgen, bautizado en un rio. Su ministerio comenzó a los 30 y era seguido por 12 discípulos. Mithra de Persia c. 600 BCE. Buddha c. 563 BCE. Heracles c. 800 BCE. Dionisio c. 186 BCE. Tammuz c. 400 BCE. Adonis c. 200 BCE. Hermes. Bacchus. Prometeo.

La gran influencia de la Iglesia, se observa con toda claridad en dos textos de lectura imprescindible: “Manual de Doctrina Cristiana publicado por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana. México 1989” y Derecho Internacional del Trabajo.- Su construcción del Dr. Rodolfo Capón Filas (+), Librería Editora Plantese, Buenos Aíres, 2011” éste último uno de los mejores Maestros e Ilustres autores argentinos de nuestra materia y quien en una carta dirigida al Papa Francisco  (Jorge Mario Bergolio) dice: “ No se olvide que también pueden sindicalizarse los Nuncios y los empleados, clérigos y laicos, de las Nunciaturas.  Dígale a Sánchez Sorondo que en vez de alentar las candidaturas de dos supuestos amigos de Ud., se llegue a Ginebra y le prepare el terreno de la Membresía a la OIT.  Una vez hecho esto, Ud. como empleador deberá firmar el Convenio Colectivo con los empleados del Vaticano y con la Guardia Suiza. Será el comienzo de una Iglesia popular, en  salida, abierta, democrática: ¿no es revolucionario? Ud. puede hacerlo. Hágalo. Confíe en el Viento de Dios y déjese llevar. Si después está cansado, haga la “Gran Ratzinger” y vuelva a su Barrio de Flores en que está la Casa del Clero y en la que Ud. mantiene reservada una habitación.  No sea “Papa emérito” (categoría que no reconoce el Derecho Canónico), sea simplemente, “Obispo emérito de Roma”. Prepárese para la soledad y para andar “ligero de equipaje” como enseñara el jesuita indio Tony de Mello: verá cómo todos los que ahora van a sacarse una foto con Ud., ni van a aparecer en la Casa del Clero: haga como la viuda de Churchil que entregó  su biblioteca a una Universidad inglesa y se retiró a una pequeña casa a orillas del Támesis.  No se enoje conmigo: Ud. me conoce. Por algo fui formado por Uds.”. Desde luego amigo lector, usted tiene una mejor opinión. (Continuará).

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