Hace dos días, Caborca, un municipio ubicado en el norponiente de Sonora, fue escenario de hechos terribles.

Un grupo numeroso de hombres armados, moviéndose en un convoy de 19 camionetas, entró a la ciudad en  la madrugada, asesinó a cuatro personas y secuestró a nueve más. La balacera duró casi seis horas.

Este no es ni de lejos el único incidente grave que ha ocurrido en ese municipio en fechas recientes. La semana pasada, Francisco Javier Celaya Ibarra, comandante de la Policía de Tránsito municipal, y su pareja fueron asesinados a tiros al interior de su casa.

En total, se registraron 118 homicidios en Caborca en 2021, según datos de la Secretaría de Seguridad Pública estatal. Y el año previo, fue aún peor: de acuerdo a cifras de Inegi, 184 personas fueron asesinadas en Caborca en 2020. Considerando que se trata de un municipio de menos de 100 mil habitantes, la tasa de homicidio es casi cinco veces la tasa nacional y dos veces más que la tasa estatal.

Tanta violencia se explica en parte por la geografía. El municipio de Caborca hace frontera con Estados Unidos y es por tanto ruta de paso para diversas formas de tráfico ilícito: drogas, personas, armas, dinero. Ha sido zona de conflicto entre varios grupos armados desde hace  un buen tiempo y la disputa parece haberse agudizado en los últimos dos años.

Y eso es lo que la presencia de la Guardia Nacional (GN) tendría que estar conteniendo. En julio pasado, en presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, se inauguró un cuartel de la GN en el municipio vecino de Pitiquito.

El cuartel en cuestión se encuentra, según Google Maps, a 13 minutos en vehículo del centro de la cabecera municipal de Caborca. No se entiende por tanto lo sucedido el miércoles pasado: ¿cómo pudo moverse sin ser detectado un convoy de 19 vehículos, transportando a casi un centenar de hombres armados? ¿Cómo es posible que haya ocurrido una balacera de varias horas sin que mediara una reacción de las autoridades?

Alejandra Díaz, vocera de la Secretaría de Seguridad Pública de Sonora, dijo: La batalla de Caborca no es  solo un asunto de geografía. Habla también de la ineficacia y la lentitud de las instituciones públicas”.

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