Casi todos los descubrimientos tecnológicos que han contribuido al desarrollo de los procesos de producción han desatado pugnas y disputas por el control, desde la invención de las máquinas de vapor que desató la era industrializada, hasta el descubrimiento del petróleo y sus derivados.

En nuestro país hace poco más de cien años, el petróleo empezó a generar interés por parte de las empresas internacionales petroleras y por parte del poder público que encabezaba Porfirio Díaz. Hay que recordar que el asesinato de Francisco I. Madero se atribuye a que los intereses de las compañías petroleras fueron afectados por aumento de los impuestos y la participación de traidores a las patria.

Es el gran patriota, el General Lázaro Cárdenas, quien expide el decreto de expropiación petrolera el 18 de marzo de 1938, en el que declara expropiados por causa de utilidad pública y a favor de la nación, la maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de almacenamiento, vías de comunicación, carros-tanque, estaciones de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes muebles e inmuebles necesarios para el descubrimiento, captación, conducción, almacenamiento, refinación y distribución de los productos de la industria petrolera, propiedad de las empresas extranjeras.

Ahora los nuevos vende-patrias pretenden revertir el hecho que se realizó en 1938; han anunciado su intención de promover la inversión privada en Pemex lo que ahondaría la privatización sobre los recursos nacionales. Para compensar la falta de ingresos por renta petrolera se proponen aumentar el IVA; generalizándolo a alimentos, medicinas, libros, educación y transporte público. Si se privatiza el petróleo se afectará al sector productivo, a las empresas nacionales que consumen o proveen a Pemex, aumentarán las importaciones y disminuirán las divisas en manos de la nación, y miles de trabajadores y profesionistas serán despedidos.

El PRI promovió la firma del Pacto por México para facilitar la entrega de los nuevos yacimientos, a través de asociaciones, contratos y concesiones sobre las nuevas refinerías y el conjunto de la cadena productiva. Lo que quieren es privatizar la renta petrolera, para convertirla en un negocio de unas cuantas compañías extranjeras.

México tiene dos grandes ventajas energéticas y estratégicas. Tiene petróleo y por mandato constitucional es de la nación. Actualmente, extraer un barril de petróleo del subsuelo cuesta 10 dólares, pero dicho barril se vende en 100 dólares y se producen más de dos millones y medio de barriles diarios. Es un gran negocio.

Los ingresos petroleros constituyen 40% del presupuesto nacional. Es una gran fuente de recursos públicos que permite financiar educación, salud, obras, servicios y políticas sociales.

En Morena rechazamos cualquier privatización parcial o total del petróleo. La privatización es una traición a la patria y a los mexicanos, sus consecuencias serán funestas para el país. En los trabajos organizativos de Morena —como son los módulos en las plazas Jardín Zenea y Alameda Hidalgo, Querétaro; y San Juan del Rio, Jardín Independencia los fines de semana para afiliar la organización de las asambleas municipales y estatales— se entregará información sobre la defensa del petróleo para que cada afiliado se convierta en un defensor del petróleo y de la economía popular.

Se trabajará para lograr un gran frente con organizaciones sociales, civiles, ciudadanas y sectoriales para converger en esta lucha.

Presidente Estatal de Morena

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