Las palabras importan. Aunque creamos que estamos utilizando el lenguaje, es el lenguaje quien nos utiliza. De forma invisible moldea nuestra forma de pensar sobre las demás personas, sus acciones y el mundo en general”. Deborah Tannen

El lenguaje es aquello que hacemos con las palabras en los diferentes contextos y situaciones de la comunicación humana. En consecuencia, nos constituye como seres humanos porque nada humano le es ajeno. Somos lo que decimos y hacemos al decir. Aunado a ello el lenguaje está vinculado a los contextos en los que se conforma la identidad cultural de las personas y grupos sociales: género, clase, familia, etnia, escuela, entorno geográfico y sociocultural… en otras palabras “la lengua de una sociedad es un aspecto de su cultura y la relación de la lengua con la cultura es parte del todo”.

En los últimos años se constata mayor conciencia en torno al papel que desempeña el lenguaje en las relaciones interpersonales y en la construcción de maneras de entender el mundo. Es cierto que algunos usos del lenguaje contribuyen a la transmisión de estereotipos, la designación del mundo en masculino y la ocultación de las mujeres en el escenario de las palabras, pues el androcentrismo coloca al varón en una posición central. Por ende el discurso androcéntrico se convierte en la apropiación de la palabra. De ahí la urgencia de implementar iniciativas orientadas a evitar el sexismo en la lengua y fomentar un uso de las formas lingüísticas que haga posible nombrar a unas y otros sin exclusiones ni privilegios.

En la lengua se utiliza a menudo el masculino para referirse a los dos sexos: por ejemplo, cuando se nombra a los profesores en lugar de hablar del profesorado se excluye a las mujeres. Mientras hay una resistencia al uso del femenino en oficios habitualmente ejercidos por hombres, se alude a la juez en lugar de la jueza, pese al informe favorable de la RAE al uso del femenino para nombrar a las mujeres que desempeñan un oficio.

Nuestra lengua está impregnada de machismo. Sin embargo el sexismo no sólo está en gramática y léxico, sino también en la conversación, refranes, chistes, literatura, escritos académicos, textos religiosos, filosofía, prensa y televisión.

Aquí algunos ejemplos de refranes y de textos literarios y filosóficos llenos de una indudable misoginia:

“Mujer que no para en casa, cadena en el pie y manos en la masa” o “dos hijas y una madre, tres demonios para padre”.

“Llenos están los libros de sus malos ejemplos y de las caídas que llevaron los que en algo como tú, las reputaron… todo lo que piensan, osan sin deliberar. ¿Su lengua, su engaño, su liviandad, su desdén, su parlería, sus desvergüenzas? […] Por ellas es dicho: arma del diablo, cabeza de pecado, destrucción del paraíso”. Fernando de Rojas, La Celestina.

“El hombre debe ser educado para la guerra y la mujer para la diversión del guerrero. Todo lo demás es tontería”. Friedrich Nietzche Así habló Zaratustra.

Estos son ejemplos de cómo el lenguaje nos construye y define. Sin embargo a lo largo de la historia la palabra ha sido utilizada para excluir a la mujer o para etiquetarla con las peores características.

Nada impide nombrar el mundo en masculino y femenino; la lengua no es un sistema rígido, sino que el cambio está previsto en su estructura. Nombrar el mundo así no sólo es posible, sino ineludible si deseamos contribuir a la igualdad. No es obsesión, es sencillamente que lo que no se nombra no existe, punto.

Las mujeres contribuimos a la construcción y desarrollo de este mundo, lo mínimo que merecemos es ser nombradas. Desde que somos pequeños aprendemos a través de la lengua cada cosa que existe a nuestro alrededor: en la escuela aprendemos a nombrar lo que vemos. Es justo reconocer que urge una educación lingüística que fomente conocimientos, habilidades y actitudes que hacen posible el aprendizaje que evite el influjo de prejuicios culturales, estereotipos sociales y sexuales e inercias expresivas en las maneras de hablar y escribir. De esta manera la educación contribuirá a una mayor conciencia a partir de la diferencia sexual y a alimentar la esperanza de que otro mundo es posible y deseable.

Oradora Nacional. Premio Estatal de la Juventud Querétaro 2013. @MadalyrmDavila

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