Este día merece abrir una breve pausa en el análisis político electoral, para reflexionar sobre otro tema que es conmemorativo y de carácter general, pues en México el 30 de abril se celebra el día del niño, festividad que merece una distinción en el calendario de la SEP, si bien no es un día feriado, es una fecha que se reserva para todas las niñas y niños de nuestro país.

Rememorando un poco sobre esta celebración, sus orígenes se remontan al primer cuarto del siglo XX, allá por el año de 1924 cuando un 30 de abril se aprobó por parte de la Liga de las Naciones, la Declaración de Ginebra, la cual tenía como propósito reconocer y proteger ciertos derechos a los niños, en un contexto de postguerra. Conforme fue transcurriendo el siglo de la modernidad, el derecho internacional se fue perfeccionando, y en razón de ello, se aprobaron diversas convenciones de las que el estado mexicano es parte.

Mención especial merece la Convención sobre de los Derechos del Niño DE 1989, la cual reconoce a los niños como sujetos poseedores de derechos humanos. Aunado a lo anterior, y en abono a una protección más amplia de los derechos humanos, la reforma constitucional de junio de 2011 en México, dio pauta a la adecuación y creación de un marco normativo que incluyera la perspectiva del interés superior de la niñez en la legislación, impartición de justicia y en las políticas públicas emanadas del estado mexicano.

Fue así, como en noviembre de 2014 se publicó la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, esta ley nos dice que son niños todos aquellos menores de 12 años de edad y adolescentes los que tengan entre doce años cumplidos y menos de dieciocho, asimismo, para efecto de los tratados internacionales se considera niños a todos aquellos menores de 18 años.

Según estimaciones del INEGI el tamaño de la población de niñas y niños ronda en los 38.5 millones, cantidad que representa cerca del 30.8% de la población total del país. De este tamaño es la magnitud del reto para los poderes de la unión en cuanto a la protección de uno de los sectores más vulnerables, pues la niñez requiere de todo nuestro cuidado y atención en un contexto donde la inseguridad, el bajo crecimiento económico, la falta de oportunidades escolares y la amenaza constante del Covid, nos debe alertar como sociedad a extremar el cuidado de nuestros infantes. Ojalá que los niños de ayer se sientan orgullosos de los adultos que son hoy, y si no es así, hagamos que el niño de hoy, sea un adulto pleno mañana.

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Facebook: Carlos Velázquez

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