“Todos los comunistas deben comprender esta verdad: el poder nace del fusil”

Mao.

La vida de hoy es mucho más valorada que la vida en el pasado. Vea usted, por ejemplo, el caso de la Covid-19, en comparación con otras pandemias ha sido relativamente baja en cuanto a las muertes que suman hoy poco más de 4 millones de personas en el mundo, gravísimo, cierto, pero mucho menor en comparación, por citar a una sola, a la Gripe de 1918 que pudo cobrar hasta 50 millones de víctimas.

Hoy, a diferencia de la humanidad de antes, no es tan fácil encontrar razones para buscar, conscientemente, perder la vida. Las sociedades de antes del siglo XIX sabían, de alguna forma, que morirían relativamente “jóvenes” ya fuese por una pandemia, por una enfermedad incurable, por una hambruna o por una guerra.

Si la gente acudía a pelear era, en gran parte, porque no tenía otra alternativa y no tanto por una decisión personalísima que hoy representa una de las más grandes libertades conquistadas por la democracia: el respeto a vivir como uno quiere vivir.

Por eso, me llama tanto la atención el llamado del títere de la dictadura cubana, Miguel Díaz-Canel, de hacer frente, con la vida de ser necesario, a los opositores del régimen.

Cierto, de Cuba podemos extraer muchas lecciones, habrá sido la nación que le puso cara al imperialismo gringo, que optó por otra forma de gobierno, que apostó su resto al socialismo comunismo marxismo o lo que sea... ¿No será momento de terminar el experimento?, ¿no es más que claro su fracaso?

Los partidarios del régimen cubano por lo regular no viven en Cuba ni padecen de sus crueles efectos, debaten en mesas de café con bocadillos capitalistassobre el heroísmo de Castro y orgasmean sus utópicas mentes pensando en llevar a cabo una revolución similar en sus países colmados de libertades.

La democracia les permite y defiende su chaquetismo mental, a diferencia de Cuba no hay dictadores que les manden represores para acallar sus ideales, nadie los censura, nadie los calla y, por lo regular, tampoco nadie los escucha porque el sentido común se impone en las democracias liberales: “si tanto te gusta Cuba, ¿porqué no te vas a vivir allá?”

Nuestro presidente se ha indignado de la indignación de muchas ONG pro derechos humanos por el llamado a la confrontación que ha hecho, desde el poder, el dictadorzuelo Díaz-Canel.

En el fondo, parece que a López Obrador no le cabe en la cabeza el hecho de que la gente pobre, como la mayoría en Cuba, sea tan aspiracionista, que quiera algo más que un par de zapatos y un plato de comida rancia. Esos pobres no son como sus pobres ideales.

Es una pena, porque así como la 4T lo hizo con Nicolás Maduro o con Evo Morales, queda claro que en el caso de Cuba le importa más la ilusión ideológica del socialismo que la vida de cientos de miles de cubanos. Es una pena pero, temo, no es, para nada, una sorpresa.

Los cubanos disidentes parecen solos, con el apoyo internacional de pico y baba pero nada más… Y solos tendrán que enfrentarse al dictador.

Mientras tanto, seguirá el debate en las democracias liberales, con café importado y libre expresión.

De Colofón

Hablando de gobiernos que se benefician de la fábrica de pobres: comenzó la operación ¡Presidenta! en la CDMX.

@LuisCardenasMX

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