¿Te has dado cuenta qué poca atención pones a tus pies? Como están lejos de nuestra vista y también al estar cubiertos por calcetines y/o zapatos, no percibimos si presentan algún cambio en sus características.

¿Has intentado cargar un garrafón lleno de agua? Es difícil ¿no?, imagina ahora cómo entre ambos pies tu cuerpo carga todo tu peso sin que se note el esfuerzo que se realiza a cada instante. Debemos hacer notar que su función principal es adaptarse a superficies irregulares, funcionar como una palanca rígida que crea la fuerza necesaria para mover su cuerpo, ayudan a trasladar la fuerza de giro de la cadera así como absorber el constante impacto de cada paso. Y como su servicio es poco notorio, porque es muy “simple” levantarme y caminar, o subir un escalón, o correr a la esquina; pues no damos mucha importancia a su cuidado…hasta que se enferman y no podemos usarlos a como estábamos acostumbrados.

El uso de un zapato poco adecuado puede causar afecciones como los callos y durezas, provocados por la fricción o la presión del zapato.  Por ejemplo, es muy común en las mujeres la aparición de juanetes, en parte porque hay más predisposición genética; y además, si a esto le sumamos el uso de zapatos con tacón muy alto y con puntas estrechas, pues es más alta la probabilidad de presentar la deformidad del dedo gordo, generando una protuberancia que a largo plazo es dolorosa e irreversible. El tratamiento de los juanetes es principalmente la cirugía, además de evitar los zapatos que puedan incrementar la lesión.

Otra enfermedad común de los pies y a la que no le damos importancia, es la presencia de hongos en las uñas. La apariencia de las uñas de los dedos de los pies debe ser igual a la de los dedos de las manos. Si tus uñas están opacas, con rayas, o cambian de color o textura, es señal de que no se encuentran sanas, y es indispensable acudir con un médico podólogo para su revisión, sobre todo cuando quien tiene esta alteración de las uñas tiene diabetes.  Es muy importante en la persona con diabetes cuidar la salud de las uñas de sus pies pues en muchas ocasiones son causa de lesiones graves en dedos y extremidades inferiores.

Algunas personas desarrollan lo que llamamos “espolón”, en realidad, el espolón calcáneo es un crecimiento del hueso del talón en forma triangular o de lanza. Se produce cuando la fascia plantar (tejido elástico que une el talón con la zona de debajo de los dedos del pie) está sometida a excesiva tracción y sobrecarga generando unas microrroturas en su inserción. Esta parte se calcifica formándose esa especie de “hueso” que provoca un dolor agudo en el talón, como si fuesen pinchazos.

Aparece en quienes tienen el pie muy arqueado o pie plano, en quienes han incrementado su peso hasta tener sobrepeso u obesidad, en quienes corren o practican deportes en superficies muy duras con un calzado inadecuado, y en quienes usan zapatos muy duros (por ejemplo los de uso industrial) por tiempos prolongados.  Su tratamiento es con medicina, fisioterapia y control de peso.

Por último tenemos la fascitis plantar, como ya comentamos, la fascia plantar se localiza en la planta de los pies y  se inflama por tener una mala pisada  en una superficie dura y uniforme. También tiene relación con la presencia de un pie con exceso de curvatura, por debilidad muscular, y también por el incremento de peso que implica una mayor tensión en la planta del pie. Su tratamiento es con medicina, fisioterapia y control de peso.

Cuida tus pies, cada día revísalos, atiende cualquier alteración en la piel si está dura o rasposa; revisa cada cambio de apariencia en uñas y huesos, y si tienes algún dolor no permitas que aumente, al primer síntoma acude a revisión con el ortopedista. Y muchas veces es mejor cuidar los pies que cuidar la moda, así que revisa tus zapatos y elimina los que te lastiman y causan zonas de enrojecimiento en tu piel de los pies. Camina hacia la salud con pasos sanos y firmes.

*Nutrióloga clínica, Educadora en Diabetes. 
Presidente del Colegio de Nutriología de México.
Clínica Torre Roja San Juan del Río, Qro.
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