En las ciencias sociales, a partir de la psicología, se desarrolló el concepto de conciencia social, descrita como el conocimiento que logra una persona de sus semejantes, que entiende sus necesidades y es capaz de formar una actitud de solidaridad y cooperación para con ellos, al reflexionar que el entorno puede favorecer o perjudicar la existencia y desarrollo de todos los integrantes del grupo social.

Observar las redes sociales permite advertir el nivel de reflexión acerca de temas importantes, como ocurrió con los recientes eventos en el estado de Michoacán, donde grupos de delincuentes, durante varios días, atacaron a las fuerzas federales (policías y militares) matando a varios elementos, entre ellos, un alto mando de la Armada de México, donde también murieron más de una veintena de sicarios.

Como parte de guerra, las autoridades dieron escueta cuenta del hecho. El despliegue de violencia contra corporaciones oficiales, muestra un empeño de los delincuentes que nos debería motivar la reflexión acerca de la gravedad de lo que pasa en nuestro vecino estado. Las fuerzas armadas del país, civiles y militares, están definiendo el futuro de la seguridad y paz que caracterizan un Estado de Derecho en esa parte de México.

Los delincuentes en Michoacán, cualquiera que sea su pertenencia, buscan reemplazar al Estado, es iluso pensar que los mueve solamente su fin delincuencial; el peligro es patente para todos. Ante esta situación, abundan las opiniones en las redes sociales que califican —con mofa— de ineficiente el trabajo de las autoridades; que no vivamos en ese campo de batalla, nos permite sentirnos ajenos, inmunes y solazarnos de nuestra ventura; llegamos al olvido de los policías o militares fallecidos en cumplimiento de su deber, y del dolor y el miedo en que viven nuestros vecinos.

El orden que tenemos en el Estado es plausible, pero exige sensatez del discurso en las autoridades y cordura en la opinión; requiere conocimiento reflexivo de las cosas para reconocer circunstancias coyunturales que nos favorecen como territorio, historia y cultura, que sumado al tradicional quehacer de los gobiernos por la seguridad, nos distingue como tierra de paz.

Hacer conciencia social permitirá aprovechar las condiciones positivas y advertir los riesgos para gestionar acciones preventivas y promover la acción social -dirigida por las autoridades- en los distintos sectores de la comunidad.

Michoacán tiene el clima, la extensión y riqueza de tierra que permite el cultivo de drogas, su endémico desarrollo social es cuna de una pobreza que se alimenta de la delincuencia, el desorden y la corrupción; la herencia de gobiernos cuyo resultados en beneficio social, sólo fue discurso político, quiere cobrar factura a instituciones débiles que jamás podrán rehacerse solas, necesitan del apoyo de todos los mexicanos. No será fácil salir de esa guerra, pero de que el gobierno de la república salga avante, depende la tranquilidad del país.

Nunca antes la humanidad había tenido la posibilidad de comunicarse como ahora, las redes sociales son la nueva revolución, sin duda, una herramienta formidable contra los males de la corrupción y el autoritarismo; pero de la responsabilidad y conciencia social de su uso, está que mejoremos como sociedad en nuestro propio beneficio.

Ex procurador General de Justicia de Querétaro

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