Durante la actual administración panista, la economía queretana ha presentado rasgos contundentes de una desaceleración, la cual se hizo aún más evidente en 2019 al registrar un crecimiento de sólo  0.3%, la peor cifra en una década.

Esta tendencia seguramente implicará un resultado de crecimiento económico negativo durante el presente año, el que, sin duda, se agravaría por el desastroso manejo de la contingencia sanitaria en el ámbito estatal, pues al adelantar el cierre de la economía más de un mes de lo que recomendaba la autoridad federal, se perjudicó seriamente el bolsillo de todos los queretanos, sin que ello detuviera la curva de contagios por Covid-19.

Y no olvidemos que, además, pretendieron obligar autoritariamente al confinamiento de la población a través de la terrible “Ley Garrote”, lo que va a quedar como una de las peores secuencias de decisiones de cualquier periodo de gobierno local en décadas.

Ahora, el reto que los queretanos tendremos frente a nosotros será enorme, pues ahora debemos adaptarnos y organizarnos ante la “nueva normalidad” que se nos presenta, donde tenemos que aprender a vivir con el virus, sin menospreciarlo, pero tampoco sin magnificarlo, pues tenemos que alimentar a nuestras familias, realizando nuestras actividades con toda la responsabilidad debida.

Al mismo tiempo, debemos fortalecer el cambio profundo que emprendimos los mexicanos en 2018 y quitar de raíz una cultura de privilegios y exclusión que empobreció a todo el territorio nacional, incluyendo, por supuesto, a gran parte de nuestro estado.

En Querétaro existen al menos 700 mil queretanos en situación de pobreza, 65 mil de ellos en extrema pobreza; personas a las que el desarrollo nunca los alcanzó y que ya no pueden esperar más a que los apoyen para mejorar sus vidas. Es urgente que llegue una nueva visión que voltee a verlos, pues las tesis de movilidad social han caducado, como el propio gobierno del estado de Querétaro.

Misma tesis que por décadas señalaron que con esfuerzo y talento se podía salir adelante, tesis que he visto y escuchado una y otra vez en los discursos de Mauricio Kuri y del gobernador Francisco Domínguez… No señores, se ha comprobado que nueve de cada 10 personas que nacen pobres morirán pobres, con independencia del talento que tengan y de las ganas que le echen a la vida.

Ahí es donde entra la necesidad de una nueva visión, con un gobierno sensible, que los empuje, que los motive, que los incentive, que les de una manita, pues los pobres son mexicanos también, no continuemos excluyéndolos del crecimiento rumbo al desarrollo y viéndolos ajenos a la realidad de los que vivimos un poquito mejor. Salgamos de nuestra burbuja, hay un Querétaro pobre que ya no aguanta mas.

Tenemos entonces que entrarle con todo a la nueva normalidad y al mismo tiempo refrendar el cambio profundo que iniciamos en México, donde Querétaro, no se puede quedar atrás.

Google News