El gobierno de la 4T pondrá lupa sobre todos los componentes que utilizan las ferroviarias concesionarias, desde infraestructura, material rodante y hasta aspectos operativos, para asegurar la calidad y la seguridad de los mismos.

A través de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF), certificará y vigilará la infraestructura concesionada de empresas como Kansas City Southern, Ferromex, Ferrosur, Ferrovalle, Línea Coahuila-Durango, Ferrocarril del Istmo y Administradora de la Vía Corta Tijuana-Tecate.

La supervisión de la autoridad se debe a que “en términos de accidentes, los elementos de vía en malas condiciones representan un riesgo de seguridad”.

La ARTF construirá un laboratorio en el municipio de Pedro Escobedo, Querétaro, para el análisis de los componentes de vía, de interoperatividad, capacidad de vías y adquisición de un vehículo auscultador de calidad geométrica y estructura de la vía.

Tentativamente el laboratorio ferroviario empezará a operar en junio de 2021, lo que significa que la vigilancia de los componentes del tramo del Tren Maya tendrá lugar un año después del banderazo de inicio de la obra, aunque la agencia reconoce que “la verificación de la calidad de los componentes de vía sería de gran importancia.  Esta necesidad se empata con la de certificar los componentes de vía a ser utilizados en los proyectos”.

Fijarán estándares

La información de la Dirección General de Estudios, Estadística y Registro Ferroviario Mexicano, entidad responsable del proyecto, indica que se requieren generar estándares de calidad en los componentes de vía y realizar pruebas que reduzcan los riesgos de accidentes ferroviarios.

Agrega que una buena calidad en la vía férrea inicial ayuda a extender su vida útil y a ahorrar recursos. La entidad sostiene que uno de los mandatos para la ARTF es mantener una vigilancia de la infraestructura concesionada de manera constante, automática y recuperable.

Además, los nuevos proyectos ferroviarios —como el Tren Maya— demandan personal con conocimiento del sistema ferroviario, así como manera de verificar que la calidad de los componentes de la vía sean adecuados.

En el análisis costo-beneficio el regulador detalla que los componentes de vía no adecuados “pueden resultar en accidentes ferroviarios o en costos de mantenimiento elevados durante el ciclo de vida del proyecto.

“El costo promedio de mantenimiento y operación de un proyecto ferroviario en su ciclo de vida es 65%, lo cual representa una gran ventana para optimizar costos”.

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