Alexandra tiene 35 años y se encuentra dándose un tiempo antes de retomar la búsqueda de un empleo, luego de varios meses de hacerlo, pero sin encontrar una oportunidad adecuada a sus necesidades.

“Me estresé mucho buscando y mandando currículums, las redes sociales como LinkedIn no me han funcionado. Es muy estresante vivir así, buscando trabajo y mordiéndose las uñas porque no encuentras. Tengo que tranquilizarme y dejar que las cosas fluyan. Actualizo mi currículum, trato de buscar cursos que son accesibles para seguir al día, retomé el inglés, tengo más tiempo de familia viendo proyectos personales”.

Hace 10 años terminó una carrera universitaria y desde entonces empezó a trabajar en diferentes empresas, primero en el Estado de México y luego en la Ciudad de México, donde estuvo en una empresa durante seis años, y ahí le tocó vivir la reforma laboral.

“Esa fue mi perdición, la aprobaron e inmediatamente hubo un recorte de personal en mi empresa. Nos pagaron todo lo de ley, pero a partir de ahí ya no encontré un empleo fijo. Me cambió la vida para mal la reforma laboral, porque fue el pretexto para cambiar el tipo de contratación, no existe nada con lo que yo contaba, las prestaciones, el seguro, el aguinaldo, etcétera”, lamenta.

Posteriormente, Alexandra encontró un nuevo empleo en una empresa del sector público, pero la experiencia fue muy negativa, porque era una entidad que no contaba con muchos recursos, llegándole a retrasar sus pagos hasta seis meses. Renunció y se fue a otra compañía.

“Pero no estaba conforme con las condiciones laborales. Trabajaba 12 horas diarias ganando menos que otros compañeros, ellos tenían otras condiciones de trabajo y yo llegué como nueva, llegué como freelancer. Te pagan menos y la friega es la misma”.

Después aprovechó una beca para estudiar en el extranjero y pidió una licencia, pero le dijeron que no existían permisos sin goce de sueldo para ir a estudiar y regresar, por lo que renunció.

“Me fui un mes a estudiar en el extranjero y cuando regrese empezó mi preocupación, porque busque y no volví a encontrar nada. De repente se me cerró la puerta física y mental para buscar trabajo, porque me llegó una etapa de depresión, en decidir ¿qué voy a hacer?”, comenta.

Alexandra piensa que este tiempo que ha pasado sin trabajo no lo ha invertido bien, porque está desactualizada en lo que se refiere a herramientas digitales.

“Como que no veo un futuro, es una época muy difícil, me duele que estemos así de maltratados, sin ninguna seguridad laboral. Esta desesperanza de que no hay para dónde jalar me frustra”.

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