Los informes de organismos económicos internacionales multilaterales sobre la situación de la economía mundial continúan destacando que en años recientes hay un aumento en la desigualdad en el ingreso de las familias. Muy pocos están concentrando más ingresos y cuentan con una formidable y creciente acumulación de activos. Hay incremento de la desigualdad en las economías más desarrolladas, pero también de la pobreza. Hace algunos años se fijaron metas para disminuir la pobreza en los países en desarrollo, gran parte de los que hoy son conocidos como economías emergentes. El comportamiento de la economía en algunos países de Asia y en otros más de América del Sur permite establecer que en esos casos hay cierta disminución de la pobreza. Sin embargo, en gran parte de las economías que integran la OCDE, el llamado club de los ricos, lo pobreza aumenta y lo más grave: Hay incrementos notables en la desigual distribución del ingreso.

En un informe de la Dirección para el empleo, el trabajo y el bienestar social de la OCDE, publicado en junio de 2014 con el título Aumento de la desigualdad: Jóvenes y pobres son dejados atrás, se destaca que en años recientes entre los países integrantes de la OCDE la distribución del ingreso entre el trabajo y el capital ha sido más desigual a favor del capital. Sobresale el incremento de los ingresos de 10% más rico de la población comparado con el resto, es decir el 90% de los hogares en el conjunto de los países miembros de la OCDE. El hecho sucede en Estados Unidos, como en Alemania, Japón, Austria y Francia.

El informe de la OCDE se refiere a los cambios que tienen las economías de este grupo de países en el periodo comprendido entre 2007 y 2011. En el documento se destaca que los mayores incrementos en la desigualdad ocurren en los países en que la crisis se presenta con mayor fuerza: España, Irlanda, Grecia, Estonia e Islandia; pero también se presenta con particular fuerza en Francia y Eslovenia. En Italia hay incrementos importantes. La desigualdad es tal que en el año 2011 en los países de la OCDE el diez por ciento de los hogares que menor ingreso tienen recibe tan solo el 2.9% de las percepciones totales. Mientras el 10% de los hogares más ricos obtiene el 24.4% del total del ingreso. En otros documentos publicados recientemente por firmas de las finanzas se informa sobre la recuperación e incremento de los patrimonios y fortunas del uno por ciento más rico de la población o de aquellos con inversiones financieras superiores a los 100 millones de dólares.

La desigualdad en la distribución del ingreso crece con la crisis. Las cifras incluidas en el documento de la OCDE dan cuenta de una difícil situación, en particular para un amplio grupo de familias. Sin embargo, lo más grave es que la crisis no ha sido superada en esos mismos países. De 2012 a la fecha en la mayor parte de las economías de la Unión Europea no hay crecimiento y menos aún reducción del desempleo. En muchas de ellas se producen bajas nominales en los salarios. En Japón tampoco existe en esos años un crecimiento importante de su economía. Recientemente, se informa que la economía de Estados Unidos tuvo la mayor caída en el producto interno bruto en el primer trimestre del año en curso desde la recesión que acompañó al inicio de la crisis monetaria y financiera. Todos estos datos indican que la desigualdad continúa aumentando en estos países. La pobreza es mayor y son más los jóvenes y niños que están siendo dejados atrás.

Los informes sobre el incremento de la desigualdad pueden seguir publicándose. Incluso, las agencias financieras y económicas internacionales, como el FMI y el Banco Mundial, pueden seguir declarando que es una situación inaceptable. Sin embargo, mientras se mantenga la misma política económica la crisis no se resolverá y menos aún se reducirá la desigualdad. Como lo demuestran diversos estudios publicados en años recientes, el aumento de la riqueza de unos pocos en condiciones de un débil crecimiento de la economía implica incrementos en la desigualdad y mayor pobreza. La continuidad en la política económica en los países de la OCDE no va modificar esta situación.

Profesor del Departamento de Economía de la UAM Iztapalapa

vidal.gregorio@gmail.com

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