El inicio del año viene siempre con nuevas metas por cumplir. Los propósitos de año nuevo son casi un requisito para darle la vuelta de hoja al año que acaba y comenzar con nuevos bríos el siguiente. Si 2017 inició con el propósito de aumentar tus ingresos, ahorrar dinero y comprar o cambiar de auto o de casa, no eres el único. Los mexicanos tienen en mayor medida como propósitos alcanzar estas metas financieras, de acuerdo con un estudio realizado por TNSglobal. Sin embargo, no hay buenas noticias en cuanto a su cumplimiento. Según esta medición –citada por varios medios– 81% de los mexicanos no cumple lo que prometen al inicio del año.

Al hablar de finanzas personales, si hay un elemento que puede aumentar drásticamente las posibilidades de tener una buena administración y lograr lo que nos proponemos, es el presupuesto, así que si te planteaste metas al inicio del año pero no las acompañaste de uno, es momento de que lo hagas.

Antes de empezar a hacer uno con afán de perfección, es importante recordar que por más que nos esforcemos, no hay un presupuesto inmejorable, siempre habrá cosas qué hacer mejor pero hacerlo es esencial para tener buenas finanzas. Otro aspecto que es importante decir, es que el presupuesto no es un documento grabado en piedra, sino que es una especie de “documento vivo” que va cambiando conforme tú vas cambiando tus objetivos y metas en la vida.

Ahora bien, ¿cuál es la característica de un presupuesto ideal? Precisamente, que éste tenga integrados los sueños y las metas que tienes a corto, mediano y largo plazos.

“Hacemos un presupuesto porque tratamos de salir de deudas o de gastar menos, lo cual está muy bien, pero se nos olvida que el presupuesto es para que nosotros cumplamos nuestras metas y hagamos las cosas que realmente nos importan”, asegura Sonia Sánchez Escuer, especialista en finanzas personales y autora del libro sobre este tema, Diario de una oveja financiera.

Más allá de ser un documento que pudiera servir para regañarte por lo mal que has gastado, piensa en éste como en un instrumento que te ayudará a materializar tus sueños.

Por ejemplo. No se trata de ahorrar porque sabes que es una buena práctica y que necesitas hacerlo, sino que para realmente lograrlo ponle nombre y apellido. Sé específico en lo que quieres lograr porque esto te motivará a seguirlo. “Haz una cita a solas contigo mismo para preguntarte qué quieres lograr, escríbelo y actualízalo constantemente”, asegura la especialista. Revisar las metas constantemente es importante porque lo que quieres hoy quizá no sea lo que desees mañana. “Hoy es un excelente momento para hacerlo, sentarte a ver cuáles eran tus propósitos, qué has cumplido, qué no, y qué puedes cumplir”, asegura. Cuando estés haciendo esta lista es necesario tener prioridades. Si se trata de desear, seguramente querrás obtener coches, viajes, conciertos, maestrías y demás, pero es importante acomodarlo de acuerdo con lo que más te importa. Esto te va a ayudar a destinar un monto en consecuencia para cada meta.

Ahora bien, ya que sabes qué quieres y que lo escribiste —es necesario ponerlo por escrito—, haz una cotización para que sepas cuánto cuesta todo eso que deseas. “Hay mucha gente que tiene la cosquilla de hacer una maestría. Ve, toca puertas, averigua en cuánto sale esa maestría y ponle un número y una fecha límite”, recomienda Sonia. Sabiendo el precio de tu sueño puedes empezar a hacer un plan de ahorro para lograrlo.

Por escrito

Junto a este trazar de sueños, es importante que empieces el registro escrito de tus gastos. Si no has empezado a hacerlo es hora. No importa que no sea inicio de quincena, sino lo importante es que empieces a saber en qué gastas tu dinero.

Puedes pensar que llevas este registro de manera mental: 36% lo piensa así, de acuerdo con la Encuesta sobre Presupuesto y Riesgos Financieros de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), sólo 34% lo lleva en papel y 30% no lo lleva de ninguna manera.

Sin embargo, este ejercicio arroja que este registro le permitió a quien sí lo llevaba, ya sea por escrito o de manera electrónica, planear gastos futuros. Además, demostró que llevar el registro de los gastos evita problemas con la forma de gastar y da satisfacción a quien lo lleva.

En internet hay muchas plantillas que pueden ayudarte a hacer este presupuesto (incluso Sonia en blogylana.com ofrece un formato gratuito en Excel). La Profeco también tiene un documento gratuito y descargable que puede ayudarte.

Para empezar necesitas enlistar tus gastos fijos —esos que no varían mes con mes— y variables, así como tus ingresos, y empezar a colocarle valores por mes o por quincena. Una aplicación también puede ayudarte, pero lo ideal es que lo lleves no sólo en la app sino también de manera electrónica. Si tus finanzas no tienen pies ni cabeza, es importante conocer la manera en la que es recomendada destinar tu sueldo. Los montos recomendados son: 60% a gasto corriente y 40% a ahorro. Este 40% a su vez se subdivide en 10% para un fondo de emergencias (que sea de al menos tres meses de tu sueldo); 10% para el retiro —esto adicional a lo que destines obligatoriamente—; 10% para corto plazo (bolsas, vacaciones, coches, etcétera) y otro 10% para mediano plazo (una casa, o en general, todo aquello que genera patrimonio o valor en el tiempo). Justamente en este 40% es donde entra el cumplimiento de tus metas. Estos porcentajes pueden ser muy variados, pero en general, son un aproximado a lo que es adecuado gastar.

Volviendo a la planeación de sueños, ya que los tienes enlistados, calcula cuánto es lo que podrías destinar al mes o a la quincena para esa meta. Ya que lo tengas, intégralo a tu presupuesto y distribuye tus ingresos en todos los rubros a pagar. Si estás empezando de cero con esto del presupuesto y de la planeación de sueños, es importante que empieces a generar este fondo de emergencia de inicio, porque seguramente será caótico estar ahorrando para tu maestría, que se te pique una muela y que tengas que destinar lo que ya habías ahorrado a subsanar la emergencia médica o peor, que tengas que endeudarte.

Esto va a desbalancearte financieramente y seguramente te desmotivará.

No sólo es importante llevar un presupuesto por el simple hecho de llevarlo, sino que incluir las metas es esencial para no perder la motivación. “Esto va a ayudarte para trabajar por algo que realmente quieres, porque si no sólo vas a terminar trabajando para pagar cuentas”, asegura Sonia.

¿Deudas?

Es importante que sepas que si estás endeudado, lo primero que tienes que hacer, antes de empezar a trabajar en alcanzar tus metas, es pagar lo que debes, sobre todo si el monto de la deuda se ha convertido en impagable, es decir, que por más que aportas la deuda no disminuye de tamaño.

“Estar muy endeudado es deber más de cinco veces lo que ganas, así que en este caso, la prioridad deben ser las deudas porque mientras las tengas, no vas a poder avanzar financieramente”, explica Sonia. Si estás en este caso, éste debe ser tu principal sueño y debes dedicar todos tus esfuerzos financieros para lograrlo.

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