El teatro es un arte que con el paso del tiempo transmuta, como un fenómeno social y humano, por lo que cada vez más demanda intérpretes multidisciplinarios, con mayor preparación escénica, así como personal.

La incursión en esta área de Verónica Carranco comenzó hace más de 30 años, cuando exploró el mundo de la actuación sin saber que más tarde se convertiría en su forma de vida. Sus primeras participaciones de manera profesional en Querétaro tuvieron cabida en el tradicional Corral de Comedias, a cargo de Paco Rabell.

“Don Paco me hizo favor de volverme actriz titular de su compañía cuando tenía unos 19 años. De pronto y sin darme cuenta, empecé a convertirme en tutora de un montón de actores que se trababan en su proceso actoral, y yo lo asumí como algo natural”, recordó Carranco.

El sueño comienza a tomar forma

Un verano después de una serie de cursos informales, Carranco optó por hacer de esta práctica un suceso en forma, por lo que rentó un espacio en Ejército Republicano #53 para llevar a todos aquellos jóvenes a explotar sus habilidades en un lugar y tiempo adecuados para una formación integral.

Fue así como nació “El taller”, la primera etapa de lo que hoy en día lleva el nombre de EMPA, (Escuela Multidisciplinaria de Actuación). En este establecimiento continuaron por 10 años formando profesionistas del arte, para después moverse a su ubicación actual, Luis Pasteur #31, en el Centro Histórico.

“Hace 34 años bastaba con que supieras actuar, hoy la escena se ha vuelto demandante buscando personas que canten, bailen e interpreten desde el corazón”, dijo la directora general de la institución.

Actualmente Carranco, en conjunto con su platilla de profesionistas, forman un nuevo proyecto aunado a la escuela de actuación, el Sótano Teatro, un foro de experimentación para los alumnos.

“El escenario estaba situado en el patio debajo del lugar, de ahí el nombre. Una institución de actuación debe tener su escenario para que de verdad suceda la experiencia; con butacas, luces y público real. Para un artista el aula no es suficiente, tiene que estar el 70% afuera entrenándose, verificando, equivocándose y replanteándose”, explicó Verónica.

El taller comenzó con la idea de entrenar jóvenes para procesos escénicos, en donde Carranco y otros profesores compartían lo que ejecutaban al momento de subirse a un escenario, así como sus experiencias previas.

Actores de “alto rendimiento”

El tiempo ha llevado a evolucionar el proyecto, hoy EMPA basa su enseñanza en la disciplina, respeto y evolución continua, asimismo se rigen por la trinidad de trabajo en cuestión de cuerpo, mente y espíritu.

Uno de sus lemas más representativos es: “Un cuerpo débil y una mente débil, mandan. Un cuerpo fuerte y una mente fuerte, obedecen al propio actor”, por ello imparten clases tanto teóricas como prácticas, algunas de ellas son eutonía, corporalidad escénica, canto, barra al piso, danza aérea, entre otras que ayudan a la preparación multidisciplinaria de los alumnos.

Por su parte, en el caso de la esgrima, es una materia necesaria ya que se trabaja en el “tren de pensamiento rápido”, lo que ayuda a la improvisación arriba del escenario.

“Nunca me ha interesado la escuela como un proyecto económico, que no está mal verlo así, pero yo siempre digo que aquí hay creadores, profesores y seres humanos valiosos. Yo como Verónica Carranco veo que mi proyecto de vida va más allá”, concluyó.

  • Pueden inscribirse desde los 13 años en adelante, no hay límite de edad.
  • Han egresado alumnos que ya están haciendo teatro e incluso cine, fuera del país.
  • EMPA es el alma máter de los actuales campeones nacionales de teatro clásico: León López, Fátima Saavedra, Fernando Rabell, Victor Sasia, Verónica Carrano y Giovanni Gómez, con la obra Fuente ovejuna
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