Para Bárbara Mori, empezar a trabajar desde adolescente ha sido una gran ventaja, pues de esa manera puede jactarse de haber protagonizado telenovelas por más de 10 años y llevar otra década dedicada al salto al séptimo arte, decisión que tomó porque en la tv se sentía estancada.

“Como actriz, la televisión me dio la experiencia y grandes tablas, pero después de estar haciendo los mismos personajes en las mismas telenovelas (Rubí, Amor descarado, Mirada de mujer, Súbete a mi moto, Azul Tequila), me sentía estancada; cuando di el salto al cine fue porque quería hacer cosas distintas”, señaló Bárbara a EL UNIVERSAL.

Así es como la uruguaya comenzó a escoger personajes en la pantalla grande que le exigieran más como actriz y que implicaran un riesgo. “Siempre he sido de tomar riesgos; quería sentir que podía hacer otras cosas”, detalló.

Esos riesgos la han llevado a declinar telenovelas y series —decisiones de las que no se arrepiente—, y hacer filmes como Cosas insignificantes, La mujer de mi hermano y Kite.

“Escoger papeles arriesgados hacen que como actriz te pidas y esfuerces más, te ayudan a arriesgar y enfrentar tus miedos. Si no hay un riesgo, un reto, una aventura, no hay posibilidades de crecer y ser mejor, y eso es lo que sigo buscando en mi carrera”, dijo.

Uno de esos trabajos arriesgados por los que ha optado es Alicia en el país de María, cinta que coproduce y que estrenará en 2015; en la película comparte créditos con Claudio Lafarga y Stephanie Sigman y ya comenzó su paseo por certámenes fílmicos, como el Festival Internacional de Cine de Varsovia, en el que se presentará el mes próximo.

Bárbara definió a esta historia, en la que da vida a María, como una trama de amor onírica en la que el amor y desamor son retratados de una manera “más artística y poco convencional”.

“Es una película a la que le tengo mucho cariño, creo que es una obra de arte muy bonita, adaptada, en donde se expresa el amor en sus diferentes posibilidades y es una buena noticia que empiece con el pie derecho yendo a festivales como el de Varsovia”, expresó.

Bárbara sabe que el filme dirigido por Jesús Magaña (Abolición de la propiedad) es complejo, poco convencional, no comercial y que dejará una reflexión en los espectadores después de verla.

“Es una película que más allá de entretener tiene algo, no sé si un mensaje, pero es una historia que te dejará pensando, y si eso ocurre, el propósito de la película se habrá cumplido”, afirmó.

Sobre si se siente satisfecha con su carrera, Bárbara responde que sí y, aunque admite que le faltan cosas por hacer y aprender, aseguró que está en un momento pleno.

“Tengo 36 años, sé que tengo camino por recorrer, pero estoy satisfecha con lo logrado, sobre todo en el ámbito personal, más allá de mi carrera; siento que llevo años en esto y voy bien, personalmente estoy en un momento de satisfacción con mi persona, sé que con cada proyecto seguiré creciendo y arriesgando”, añadió.

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