En la nueva estructura de la Secretaría de Cultura (SC), la Dirección General de Publicaciones (DGP) evoluciona para tener una vocación más ambiciosa: ser la Dirección General de Promoción del Libro y la Lectura, emulando la labor de instituciones europeas hermanas, en especial la del Centro Nacional del Libro de Francia.

Sin detallar el grado de influencia de estas instituciones internacionales, la DGP está en vías de dejar de ser considerada sólo una editorial del Estado mexicano; ahora también se le reconocerá su labor en la promoción del libro y el fomento a la lectura, que ha desarrollado en los últimos años ante la necesidad del sector.

Será además la coordinadora editorial central que unificará todas las ediciones, incluso en diseño, tipografía y portadas, que salgan de cualquier área editorial de las distintas direcciones de la SC, así como de todos los organismos desconcentrados, es decir, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Nacional de Estudios Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INERHM), el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) y el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor).

La DGP se convertirá en la promotora de los autores y la literatura mexicana en todo el territorio nacional y en el mundo; reforzará su labor de coedición y apoyo a editoriales nacionales, aunque mantendrá algunas colecciones como obras completas, sus colecciones de narrativa, poesía y ensayo, así como algunos clásicos mexicanos, iberoamericanos y mundiales que no atraen a las editoriales comerciales.

En la restructuración mantendrá el Programa Cultural Tierra Adentro y el Programa Nacional de Salas de Lectura pero con objetivos, ofertas y dinámicas renovadas. Redoblará esfuerzos en la promoción de los jóvenes autores, los encaminará y luego los dejará avanzar solos cuando estén maduros.

Las Salas de Lectura no incrementarán sus espacios, pero sí serán fortalecidos con capacitación y colecciones literarias especiales, y tendrán un mayor vínculo con la Red Nacional de Bibliotecas y con la Secretaría de Educación Pública.

Coordinadora editorial. Uno de los grandes pendientes con la creación de la Secretaría de Cultura está en la duplicidad de funciones que puede haber entre instituciones culturales. Con la nueva vocación de la Dirección que está a cargo de Marina Núñez Bespalova, el rubro editorial estará concentrado y determinado desde una oficina central para evitar duplicidades.

“A nivel editorial nos convertimos en la coordinación editorial de la Secretaría, realmente somos la dirección editorial de toda la Secretaría, estamos ejerciendo ya como tales, por aquí pasan todos los programas editoriales de las distintas áreas y de los órganos desconcentrados, estamos por primera vez poniéndonos de acuerdo en lo que se va a publicar y en cómo se va a publicar”, señala Núñez Bespalova

En esta Dirección General de Promoción del Libro y la Lectura se trabaja ya en lineamientos concretos, incluso en herramientas que parecen muy básicas como la elaboración de un Manual de imagen y un Manual editorial de diseño que no existía.

“Ya lo estamos haciendo, estamos creando normas tipográficas, editoriales, de distribución, de altas de libros, cosas en las que cada quien trabajaba como podía, y ahora ya se está centralizando todo aquí. Tenemos un gran Comité Editorial que presidimos nosotros porque esa es otra de las grandes funciones que tenemos, no es que se adicione ningún área, cada área tiene su independencia, eso se le sigue respetando, pero su programa editorial forma parte del programa general que se coordina desde aquí”, agrega.

La funcionaria asegura que ahora incluso las ediciones de los órganos desconcentrados como INAH, INBA, INERHM, INALI e Indautor, deberán pasar por la dirección a su cargo.

Menos edición más promoción.La gran vocación de esta dirección será el fomento a la lectura. De aquí saldrán las políticas públicas de fomento al libro y la lectura.

“La gran apuesta es el fomento a la lectura. Haremos todos los enlaces y acuerdos necesarios con los actores de la cadena del libro, vamos a hacer cosas con Bibliotecas. Hay varios programas que ya están caminando y que espero que se puedan ver este año. Espero que próximamente salgamos ya con el programa de fomento a la lectura con la SEP y a la par estamos trabajando en las políticas del libro que están muy relacionadas con la propia Ley de Fomento del Libro y la Lectura. Tenemos un programa de trabajo al que estamos dedicados desde el año pasado, la reestructura no nos agarra en pañales”, afirma Marina Núñez Bespalova.

La funcionaria afirma que no es posible pensar en fomentar la lectura si no se cuenta con una industria nacional fuerte y si no se creanr políticas públicas. “Tenemos una Ley de Fomento a la Lectura y el libro, pero no tenemos la práctica correspondiente, no tenemos una manera de operar ordenada, se han estado cambiando a lo largo de las distintas administraciones los programas. Queremos conformar políticas consensuadas con los distintos actores de la cadena del libro”, agrega.

En este trabajo que la Dirección Genereal de Promoción para el Libro y la Lectura hay sinergias naturales, como la que ya emprendieron con Educación Pública; de las que surgirán nuevas colecciones que tienen que ver con fomento a la lectura.

“Vamos a comenzar a explorar la parte de literatura juvenil pero más enfocada a libros informativos, no ficción, que hay muy poco. Una de las cosas que ha hecho está oficina también a lo largo del tiempo es que de repente apuesta por ciertas líneas editoriales y cuando pegan hay otras editoriales comerciales que las asumen y toman la estafeta; si hay alguien que puede tomar el riesgo con nuevas líneas editoriales somos nosotros, eso también se seguirá haciendo”, dice Núñez.

Para ellos se conformarán bibliotecas específicas para ciertos programas de fomento a la lectura que se van a delinear de acuerdo a las necesidades de cada especio sobre el que actúen o para programas específicos en escuelas o comedores comunitarios. Trabajarán con la Secretaría de la Defensa Nacional sobre con el Servicio Militar Nacional para el cual crearán libros específicos y así será con otras dependencias para las que se crearán distintas bibliotecas o colecciones.

“Creo que sí hay un cambio, el cambio ha venido haciéndose de un tiempo para acá, pero ahora se va a remarcar más. Realmente para los editores lo que queremos es ser aliados, nosotros no queremos competir en mercado, no queremos competir con ediciones. Nuestro objetivo es fortalecerlos, por ejemplo, que hagamos una edición juntos; si significa que hagamos ciertas labores de promoción para difundir algunos libros, algunos programas específicos donde tengamos que ver, también lo vamos a hacer. Realmente creo que más que editorial vamos a ser aliados, vamos a crear políticas que intenten o pretendan apoyar el crecimiento de la industria editorial y el mercado del libro en beneficio de todos, no nada más de la industria sino de los propios lectores y usuarios”, puntualiza Marina Núñez.

El campo de acción que asume la nueva y estratégica Dirección será importante, implica promover literatura y autores, el libro y la lectura, la industria y la capacitación dentro y fuera del país. Las metas son muchas pero deberán cumplirse.

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