Atraídos por el incomparable aroma que desprende, los comensales son recibidos con una sonrisa por los trabajadores del lugar, además de la original decoración; pisos en tonos rosas, cojines a ras del suelo y enormes pizarras en las que la gente se puede expresar con frases o coloridos dibujos.

Ubicado en el Centro de la Ciudad, “Waffle In” te sumerge en un escenario hippie, donde los colores sicodélicos, las flores, los símbolos de amor y paz y por supuesto, los deliciosos waffles, crean la experiencia perfecta.

Toda esta idea surgió en 2007 cuando los inseparables amigos Paco y Arturo Pérez se preguntaban qué harían cuando no tuvieran un trabajo fijo, planteándose la meta de emprender un negocio.

“Paco es mercadólogo y yo soy arquitecto, pensamos en un lugar de comida y recordamos que Paco hacía los mejores waffles del mundo”, comentó Arturo, quien actualmente es el dueño del restaurante.

Luego de esa productiva plática la conclusión fue sencilla: un sitio de waffles setentero, con onda y combinando estilos, creando así el concepto al que denominaron hippie in, que resultó en un lugar sencillo, sin pretensiones y muy cálido.

Una de las particularidades del lugar son los nombres que reciben las delicias del menú, inspiradas en personas importantes para este restaurante, es decir, sabores con alma.

“Los nombres de los waffles que ofrecemos tienen una historia y están dedicados a personas que queremos, ‘Waffle Frambuesa, Margarita’ es por mi esposa, ella fue la primera cocinera, ‘Waffle de fresa Pau’, es mi hija, intervino en el diseño porque le encantaban las flores, ‘Waffle Cajeta Tali’, es en honor a una chica que trabajó aquí, y hay más nombres de personas que han sido parte de Waffle In”, recordó Arturo.

Pero en “Waffle In” no todo es dulzura, ya que también se ofrecen especialidades saladas como molletes, sándwiches y ensaladas. Para beber pueden ordenarse malteadas de diversos sabores, chocolates y cafés, todos estos por sugerencia de los mismos visitantes, quienes también han colaborado con los nombres de algunos platillos.

Acerca del ambiente y de la música, Arturo destaca que en el sitio se respira una atmósfera de tranquilidad donde se puede escuchar de todo. “A veces algunos músicos nos visitan, colocan sus instrumentos en la parte de afuera y deleitan a los clientes con buenas melodías”, aseguró.

Distinguido por llevar en alto el slogan ‘Peace & love’, el dueño del lugar procura acercarse a los comensales para recibir sugerencias, y tanta es la empatía que ha logrado con algunos de ellos, que incluso han expuesto fotografías y pinturas en el recinto.

“Todos puede venir aquí, rockeros, hippies, músicos, fotógrafos y ser exactamente como son, todos son bienvenidos y estamos abiertos a todo tipo de sugerencias. Nos enfocamos en el trato al ser humano y procuramos que disfruten la estadía”, puntualizó Arturo.

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