Cuarenta años se dicen fácil, pero para el talentoso diseñador Adolfo Domínguez el cumplir cuatro décadas con una firma tan exitosa ha sido el resultado de un trabajo constante. “Nada está hecho, ya que el éxito sólo se consigue trabajando todos los días; hay que sudar tinta y conseguirlo, porque los logros de ayer no valen; los que valen son los de mañana”, cuenta el creativo español con una gran sencillez.

Partiendo de lo básico
“La historia de la empresa comenzó por iniciativa de mi padre, quien decidió crear un pequeño negocio al que ingresé a los 24 años; sin embargo, él murió muy joven, y a los 26 me quedé a cargo. En un principio éramos fabricantes pero no perdimos la visión de negocio, así que comenzamos a abrir tiendas y comunicarnos cada vez más con el cliente.
“Uno de los secretos del éxito de nuestra firma hasta hoy ha sido el estar cerca del cliente, porque es tan importante vender como crear”, asegura Domínguez, quien agrega que se requiere de mucha energía para conseguirlo, tal como sucede con la Ley de la Física, en la que el agua caliente tiende a enfriarse y, para calentarla, hay que poner mucha energía.
El reto ahora para el diseñador gallego es tener presencia en todo el mundo, pero eso sólo lo lograrán al asociarse con especialistas de cada área para crear un verdadero equipo “súper eficiente” que pueda competir con las grandes superficies.
“Nuestra ropa es durable, no es para usarse y tirar como algunas otras que sólo venden moda. Es para ser llevada hoy y dentro de 30 años… Tiene un concepto distinto; yo prefiero tener una prenda buena que cuatro malas”, advierte.

Nuevas generaciones
Para la artista Tiziana Domínguez, quien diseña con su padre desde hace ya algunos años, el tema de la ecología es vital, ya que asegura que toda su vida ha vivido entre animales. “Además soy vegetariana desde los 15 años; es un tema muy personal, así que cuando me incorporé a la empresa presioné un poco para que me dejasen trasladar esta inquietud de apoyar a la ecología en mis diseños”, narra la diseñadora, quien considera que los materiales de nueva generación son más durables que la piel, ya que ésta algunas veces envejece un poco mal y es muy sensible a los líquidos.
Así fue como Tiziana logró que no se volvieran a emplear pieles naturales ni cuero en prenda alguna, así como pieles exóticas en bolsos y calzado. “En nuestros diseños los sustituimos por algodón con una capa de poliuretano o, en algunos casos, fusiones de lino”, dice.
“Nuestros clientes están convencidos de que la piel sintética -que me llevó años desarrollar- es una opción ética que dura mucho y tiene apariencia real, además de que no provoca ningún daño al emplearla y luce genial. La mayor parte de las prendas deberían de ser sintéticas, por el compromiso que todos tenemos con el entorno.
“La ecología siempre ha sido un tema fundamental en el desarrollo de la marca, aunque Tiziana la acentuó.    Las pequeñas decisiones individuales son las que cambiarán al mundo. También los periodistas pueden influir, así como el uso del autobús y el Metro, o el realizar  dos días de ayuno para dejar a las reses en paz por un día”, reflexiona Adolfo.
Desde antes de que Tiziana trabajara con su padre, el secreto de la marca ha sido emitir un sonido diferente, desde el producto hasta la experiencia de las tiendas, así como cuidarse de ser competitivos. “La idea es que el cliente sienta que lo que paga por lo que compra lo vale. No abandonamos los aspectos cuantitativos por los cualitativos, y tenemos un producto de costura a precio razonable que tiene como target a la gente relacionada con las actividades creativas, como arquitectos o músicos”, revela Adolfo, siempre sereno y con una sonrisa franca.

El inicio de un emporio
“Todo comienza con la selección de materiales, por lo que cada temporada nos informamos cuáles son las texturas más ecológicas. Aunque empleamos el lino como principal textura, después el poliéster reciclado”, cuenta Tiziana, quien afirma que los bolsos creados por las fusiones que realizan son ultra ligeros e ideales para guardar toda la casa, como cualquier mujer busca.
En cuanto a los grandes momentos de la firma, el creador asegura que uno de ellos, sin duda, fue la época en la que trabajaron -durante tres temporadas- en la serie Miami Vice, así como cuando se impuso mundialmente su slogan de “la arruga es bella”.
“Ahora digo que la arruga es sostenible, ya que el cultivo del lino es ecológico por ser la fibra más inteligente que sale de la celulosa. Mis clientes, por ejemplo, siguen usando el mismo abrigo con capucha que llevo 40 años diseñando, así como los pantalones rectos en color arena.
“No seguimos tendencias ni hacemos moda, hacemos estilo, aunque por supuesto estamos atentos a las pautas, pero el 90 por ciento de nuestros clientes es lo que quieren”, reflexiona.

Su amor por México
“México es un país realmente muy bonito, que me gusta y sorprende mucho, el cual ha sido un gran mercado para Adolfo Domínguez; de hecho es, hasta el día de hoy, el tercer lugar en ventas, sólo debajo de Japón, aunque como sigue creciendo considero que este 2014 se convertirá en el segundo.
“Creo que el Distrito Federal, dentro de poco, será la principal capital de América Latina; presenta un crecimiento muy importante. Sin embargo, México no se acaba en el Distrito Federal, está Guanajuato, Monterrey, Guadalajara, Acapulco... Hay tanto que ver en este hermoso país”, comparte.
Acerca de Cancún, lugar al que asistió invitado por Moda Nextel, dice que no lo conocía, pero que se llevó una gran sorpresa y le pareció fenomenal. “Cuando vacaciono evito las aglomeraciones, sólo había ido a Tulum, pero Cancún me pareció una fábrica de vacaciones con una laguna por un lado, un mar azul turquesa inigualable con un entorno geográfico mejor que el de Estambul y 50 veces más bonito que Miami”, afirma con una gran sonrisa el genio español.

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