Caminando por el centro de Querétaro, Rick Maciel encontró una “guitar Barbie”, ese juguete abandonado fue intervenido hasta que alcanzó el sonido de un instrumento real y se convirtió en la pieza principal del proyecto sonoro Halo Between.

A finales de noviembre, Rick dejó su guarida en Querétaro y viajó con todos sus juguetes (dos dinosaurios chiapanecos, un xilófono de plástico, robots, coches y otras piezas intervenidas) a San Francisco, California, para grabar dos discos.

Estas producciones, que incluyen composiciones nuevas y un lado B con canciones reconocidas, se presentarán en México y a finales de 2013 en una gira por Alemania, Japón y China, además de EU, en donde espera concretar una presentación en el Museum of Modern Art (MoMA).

Halo Between nació el 29 de octubre de 2007, misma fecha en la que nació Jimena, hija de Rick Maciel. Aunque la historia musical de este compositor, que es originario de Monclova, Coahuila, comenzó cuando era niño, cuando se maquillaba y sacaba la lengua como Gene Simmons, integrante de Kiss.

Impulsado por su madre participó en varios concursos de canto y a los 10 años tuvo su primer camerino en el certamen estatal “Juguemos a cantar”, que se realizó en la plaza de toros de Torreón, Coahuila.

“Cuando salí al escenario me acuerdo que veía hacia arriba y había mares de gente; yo había entrado dos horas antes por la parte de atrás, pero yo no sabía lo que había al otro lado, ahí me enamoré del monstruo que es el grito, tanto para bien como mal”.

Un año antes de dejar su ciudad natal y emigrar a Monterrey, Rick recibió de su padre un regalo que cambió la visión que tenía sobre la música: una guitarra.

“Fue como descubrir un arma, una gran metralleta, como una bazuca, porque me di cuenta que además de hacer sonidos con la voz, de cantar, también podía hacer música con las manos, me di cuenta muy viejo, a los 16 años, eso ya es ser muy viejo”.

Ya en Monterrey consiguió su primera guitarra eléctrica y un amplificador. Formó varios grupos musicales, que mutaron e impulsaron la llamada “movida regia”, de donde surgió Zurdo, Jumbo, Kinky, Plastilina Mosh, entre otros.

Cocky Brain Fuzz es el nombre del último proyecto que formó Rick Maciel bajo este movimiento. A través de Cocky comenzó a viajar por Latinoamérica, conoció a gente que admiraba como Gustavo Cerati, hasta terminar en el estudio de Fito Páez.

“No sé ni cómo llegué ahí, la verdad, de repente un día me vi sentado en el estudio de Fito mezclando parte de un disco”, dice.

El sonido del movimiento en que había surgido le comenzó a resultar monótono. Y a pesar de haber firmado un contrato con Sony, Rick decidió autoexiliarse, dejar a Cocky y “dar la vuelta en U”.

Comenzó a estudiar nuevos sonidos, “de aprender algo para llamar la atención no de alguien, sino algo más allá de la frontera”. Ese nuevo proyecto musical se ligó con un proyecto de vida: ser padre. “Para mí es como haber muerto y haber vuelto a nacer dentro de la música, de una forma más pura”, señala.

Geppetto musical

Halo Between se divide en dos fases, una es la composición musical y la otra fase incluye el trabajo de intervención de juguetes que han sido rescatados de mercados y basureros.

Otros han llegado a las manos de Rick como regalos mágicos. Ese es el caso de Rickmon y Tayanita, dos dinosaurios de origen chiapaneco que están unidos en el sagrado matrimonio de la música.

“Parece un juguete japonés y obviamente lo primero que se me ocurrió fue darles vida como Pinocho, no sabía muy bien cómo, pero sabía que si lo imaginaba lo podía lograr. Mi música está basada en imaginación, entonces le diseñé a cada uno una naturaleza robótica”.

Tayanita tiene en su corazón una bocina en la que se reproducen sonidos que son grabados por su oído. Ella usa pilas y viaja con Rick a cualquier parte. Rickmon, en cambio, es un macho alfa que tiene que estar conectado a un enchufe para activar todos sus circuitos.

Estos dinosaurios son un prototipo de lo que más adelante viene para Halo Between, porque Rick piensa ir a Chiapas para que los chamulas le confeccionen dinosaurios más grandes y enseñarles a los artesanos cómo sus creaciones ahora tienen vida.

“En el futuro quiero que sea una familia, que existan ellos dos (Rickmon y Tayanita) y que tengan por ahí un amigo zorro y un amigo gato y poner a los cuatro en el piso, con unas cámaras para un show en vivo; a través de más tecnología que puedan cantar y yo, Geppetto, darles vida, pero que ellos haga su movida solos”.

Además de los dinosaurios, con ayuda de la tecnología, la “guitar Barbie” que encontró en la calle “empezó a sonar como si tuviera una de mis guitarras profesionales, empezó a hacer un ruidazo y fui muy feliz, tengo una guitarra de juguete que cualquier niño puede tener”.

En total son 30 juguetes los que crean este proyecto sonoro, 10 de ellos han sido intervenidos.

En vivo, Halo Between se convierte en una instalación sonora, en donde Rick aparece con un antifaz de color negro y unas orejas de gato que se iluminan, mientras canta en un lenguaje de gato-zorro, “un idioma natural y universal”, señala.

Este proyecto, en el que también participan Liliana Castañon y la ilustradora japonesa Okame Hitokajiri, se ha presentado en Querétaro, México, Estados Unidos, Alemania, Japón y en Islandia en el festival Icelan Airwares, en donde logró que Bjök escuchara su música, lo que le permitió tocar en la tienda del sello discográfico de esta mítica cantante.

Querétaro-San Francisco y de regreso

Rick Maciel decidió radicar en Querétaro porque es aquí donde vive su hija, quien aporta sus ideas para la intervención de los juguetes.

“Un día la encontré tocando a todo con una varita, a la guitarra y al xilófono; Jimena ha sido para mí uno de los maestros más efectivos de música que he tenido en toda mi vida, me ha enseñado, aunque sin saber absolutamente nada en apariencia de notas o técnicas, que se pueden crear grandes obras con el corazón”.

La fuerza universal de la música también lo atrajo, porque fue en esta ciudad donde conoció a Ernesto Martínez, creador del sonido Microritmia e inventor del arpa láser.

“Creo que Querétaro es uno de los pulmones creativos de Latinoamérica, aquí es donde más músicos arriesgados e inventores he conocido, gente que inventa arpas láser como Ernesto, gente que inventa música con chatarra, no es casualidad que yo esté aquí, la ciudad tiene algo que no he encontrado en otras”, afirma.

Rick fue nominado a la beca internacional de compositores de vanguardia en Montalvo Arts Center, EU, pero es seguro que volverá.

Google News

TEMAS RELACIONADOS