Después de que el Metro fuera su primer escenario, Juan Pablo López Morales saltó al escenario de México Tiene Talento y se convirtió en uno de los concursantes favoritos por su voz que hizo llorar a Ximena Sariñana y se viralizó en redes sociales.

Ahora, a unos días de saber quién será el ganador del millón de pesos (el próximo 12 de diciembre), Juan Pablo continúa en la contienda como uno de los favoritos que busca convencer al público. Poco antes de que en el programa del 18 de noviembre supiera que sería uno de los finalistas, platicó con EL UNIVERSAL de los cambios que ha tenido su vida, como que ahora ya no puede cantar en el Metro.

“Al Metro casi no he vuelto, en algunos lugares salgo a trabajar pero al Metro no, los operativos no han cesado y ¿a qué vas?”, dijo antes de participar, mientras un equipo de maquillistas le ponía los últimos retoques en el rostro y dos personas de vestuario hacían hasta lo imposible por pegarle el botón de la camisa que quién sabe en qué momento se le cayó.

Tranquilo y con refresco en mano, compartió que también es complicado cantar en otros lugares por los permisos que piden.

“A Coyoacán me fui la otra vez pero la segunda vez que quise ir ya no me dejaron porque se necesita un permiso y yo no he visto que den permisos para trabajar en la vía pública”.

Tras soltar una carcajada, agrega: “De plano no querían que trabajara porque requería un permiso pero yo dije ¿Cuál permiso?”.

Sin embargo, actualmente una de sus metas está dentro del programa. Juan Pablo cuenta que cuando le toca participar, el equipo de producción pasa por él y le hablan de los preparativos de ese día. Lo maquillan, le ponen un vestuario que la producción brinda a los concursantes conservando el estilo de cada uno y entonces sale a dar lo mejor de sí: su voz.

“Ahora le gente me dicen que soy famoso, yo les digo que soy conocido, todavía no tengo un Lamborghini, todavía no tengo nada, entonces, soy conocido y es bonito”, comparte justo en el momento en el que lo llaman porque es hora de su participación.

Ese día cantó “When a man loves a woman”, lo que le valió estar ahora en la final, y antes de pararse para subir a la tarima, este medio le deseó suerte en su participación, a lo que él respondió: “Mejor que me cuide Dios porque la suerte apesta, prefiero que Diosito nos acompañe a todos.”

Al terminar su acto, Héctor Martínez, uno de los jueces, le dijo: “La luz te dio esa voz no para endulzar oídos, sino para estrujar el alma”. Ximena Sariñana, también jurado, aseguró: “Abres la boca y derrumbas el escenario, cualquier escenario en el que te pares, sea el Metro, sea México tiene talento, o el Internet, lo derrumbas”.

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