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Publicado por Revista Clase Querétaro en miércoles, 16 de mayo de 2018

Martín Castez es originario de Argentina y desde hace un par de años radica en Querétaro, donde instaló un taller para retomar las técnicas de grandes maestros zapateros de Europa, de quienes aprendió.

Dejó las finanzas y encontró en este arte la oportunidad de crear piezas únicas, cómodas y sobre todo, con mucho estilo. Actualmente su firma Castez Ermili está tomando fuerza y ya cuenta con clientes exclusivos, tanto nacionales como extranjeros.

En entrevista con CLASE, el artesano compartió detalles de este oficio y su deseo por tener un aprendiz a quien pueda transmitir sus conocimientos.

¿Cómo nació tu gusto por este oficio?

En realidad mi intención principal fue dejar mi trabajo anterior, por lo que busqué qué podía hacer y fue hace 8 años cuando comencé a tomar clases e investigar un poco más para encontrarme con la zapatería artesanal y tradicional. Después fui a Europa a estudiar un par de meses con los maestros zapateros y luego un año a Estados Unidos, después a Argentina y finalmente hace tres años empecé aquí mi producción.

¿Quiénes fueron tus maestros?

Son personas que cuentan con 50 años de profesión. Tomé talleres con diferentes maestros porque considero que cada uno tiene algún secreto importante para transmitir.

¿También das talleres sobre este oficio?

Sí, el objetivo es que una persona pueda hacerse un par de zapatos de principio a fin para ella misma o para alguien más, a medida y gusto. Los cursos son abiertos a todo el público y es recomendable que se inscriba gente que ya sepa y pueda manipular instrumentos punzocortantes.

¿Qué materiales seleccionas?

Todas las piezas son de piel, tal como lo indica la zapatería tradicional; no hay sintéticos, además todo se hace con pegamentos a base de petróleo o de almidón, como solían confeccionarse, e incluso los hilos que preparo para coser, están hechos de cáñamo o lino. Asimismo las ceras que se utilizan para impregnar esos hilos también están fabricadas con seda de abeja y materiales naturales.

Calzado de lujo, artesanal y con estilo
Calzado de lujo, artesanal y con estilo

¿La gente puede solicitarte cualquier estilo?

Sí, puede ser zapatería formal o informal; para vestir casual o de gala, además de  diseños experimentales o especiales, todo es a gusto, hasta la elección de las puntadas y los detalles más mínimos.

¿Cuánto tardas en terminar un par?

En una pieza rápida puedo llevarme 15 días, pero hay otras que requieren un mes o un poco más de trabajo.

¿Cuál es el proceso?

Primero se hace un zapato de prueba para ver cómo le calza a la persona y se confecciona la horma a la medida del pie del cliente, luego se destruyen y se cortan en diferentes piezas para ver el tamaño del calce y se obtiene un zapato definitivo. El diseño se dibuja en la horma y se pasa al modelaje que consiste en despiezar el dibujo, cortar la piel, el forro y todas las piezas, además del montado del zapato, para definir la suela y el tacón que brindan la elegancia, de las cuales hay una gran variedad que lo distingue como un zapato artesanal.

Calzado de lujo, artesanal y con estilo
Calzado de lujo, artesanal y con estilo

¿Cuál sería el próximo reto por conquistar?

Mi meta a corto plazo es contagiar a alguna persona para poder darle una formación como aprendiz y que pueda colaborar en el proceso para acelerar un poco los tiempos, ya que no se trata de hacerlo rápido, sino de la mejor manera.

Asimismo deseo ir a Noruega y Florencia el próximo año, para visitar a otros maestros zapateros e intercambiar ideas, poder trabajar con ellos un tiempo y de esta manera continuar con el aprendizaje.

Dentro de este rubro, ¿a quiénes admiras?

Son muchos, pero puedo mencionar a Yohei Fukuda, uno de los zapateros japoneses más aclamados hoy en día; la marca inglesa Gaziano & Girling, fundada por Tony Gaziano y Dean Girling, quienes son los fabricantes de calzado artesanal más importantes en el mundo. Otro es George Cleverley, un zapatero londinense que desarrolló la forma que lleva su nombre y se trata de un diseño elegante con punta de cincel; y Roberto Ugolini, uno de los más famosos de Italia, que confecciona a la medida.

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