Cientos de queretanos ya disfrutan del ambiente tradicional de las fiestas patrias en la ciudad de Querétaro. Uno de los lugares que comienzan a llamar la atención de los locales y foráneos es la estructura colocada en el andador Madero, es un túnel de sombrillas tricolores que sirven como escenografía para las selfies y fotos grupales que ahí se toman los visitantes.

Recién instalado esta semana, el adorno con motivo de las fiestas patrias de este año se convierte en uno de los lugares favoritos para quienes pasean en el primer cuadro de la ciudad.

Una pareja de adultos mayores se turnan el teléfono celular para tomarse fotografías individuales. Luego, ambos posan para la selfie. Se despojan por unos segundos de los cubrebocas para mostrar las sonrisas a la cámara del móvil, mientras a su alrededor una decena de personas camina con la mirada en lo alto.

La escena se repite de manera constante entre quienes pasan por ahí, ya sea por paseo o porque es su ruta obligada para llegar a sus empleos o hacer trámites en las oficinas cercanas a la zona.

Regresan los colores y festejos patrios a Querétaro
Regresan los colores y festejos patrios a Querétaro

Luego de dos años de canceladas las festividades por el inicio de la Independencia que daría nacimiento a México como una nación nueva y libre, las calles se vuelven a pintar de verde, blanco y rojo.

El túnel de sombrillas no es el único con colores patrios. Varios negocios de la calle Madero ya se pintan de los colores patrios. En la esquina de Juárez, un puesto de banderas y adornos patrios luce su mercancía, en espera de aquellas personas que se contagien del fervor patrio.

Regresan los colores y festejos patrios a Querétaro
Regresan los colores y festejos patrios a Querétaro

Un negocio de ropa tradicional hecha de manta muestra en su puerta y fachada prendas alusivas a las fiestas de septiembre. Con precios accesibles, la apuesta de los dueños es vender muchos productos.

El resto de los negocios, como restaurantes, hoteles, farmacias, tiendas departamentales, zapaterías y boutiques, son más discretos en sus adornos.

La atracción que convoca a la gente también llama la atención a los vendedores ambulantes, quienes caminan de un lado a otro con sus mercancías.

María del Consuelo Hernández, vendedora de billetes de lotería en Madero, a un costado de una tienda de telas, dice que acuden muchas personas a ver las decoraciones que se instalan en la calle desde hace unos años, pero no representan mayor beneficio para los comerciantes.

Comenta que, en su caso, las ventas no aumentan. “La gente viene, se toma fotos y se va. No compran nada. Yo me quedaba un rato más en la tarde, para ver si vendía algo más, pero no. No se vende más”, abunda doña Chelo, como es conocida por sus clientes, quienes, durante todo el día, se acercan para conocer si ganaron algo o comprar más billetes de lotería.

Es lo común entre quienes llevan a cabo su actividad económica en la zona. Incluso, el turismo que se ve en estos días en la capital queretana es diferente al que se apreciaba hasta hace unas semanas. En estos días, los paseantes son adultos mayores y personas sin menores de edad, quienes se graban a sí mismas o al túnel de sombrillas, decoración que se ha vuelto tendencia en varios sitios tanto del país como del estado.

Hace acto de presencia una figura de rostro verde, enmascarado y traje amarillo. Es La Máscara, personaje de una película de 1994, protagonizada por Jim Carrey y Cameron Diaz.

La Máscara en Querétaro la representa Alberto Ortiz. Dice que ya hace tiempo se dedicaba a salir a las calles a tomarse fotos con la gente por una cooperación voluntaria. Actualmente, lo retoma porque perdió el empleo y debe ganarse la vida de alguna manera.

“No tenía empleo y tenía mi disfraz y nos salimos a las calles a buscar el pan de cada día. Normalmente vamos a los lugares céntricos, a donde a veces no nos dejan trabajar porque no hay permisos. Vamos a los mercados, a donde haya afluencia de gente, para que haya más fotos”, narra.

Refiere que todo es de cooperación voluntaria, y hay personas que llegan a darle hasta 50 pesos, aunque hay algunos que sólo dan las gracias y otros, uno o dos pesos.

En un día con mucha gente, precisa, se puede tomar hasta 200 o 300 fotografías.

“A veces trabajo largas jornadas porque la gente no da mucho. Empiezo a las 10, 11 de la mañana y acabo a las nueve, 10 de la noche. Cuando no dan mucho, hay que trabajar más tiempo para ganar algo”, asevera.

Como muchos comerciantes y personas dedicadas al sector servicios, Alberto espera que en estas fiestas de septiembre le vaya bien. Para ir de acuerdo con las fechas, indica que en estos días recibirá un traje de charro que mandó hacer, para vestir a La Máscara con la indumentaria típica mexicana, ofreciendo un atractivo más a la gente que se quiera tomar una foto.

Confía en que con el túnel de sombrillas y otros sitios decorados para las fiestas patrias, más turistas visiten la ciudad y a él, así como a otros negocios, les vaya bien, para reactivar la economía afectada por la pandemia de Covid-19.

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