A partir del mes de septiembre comienza la comercialización de la calabaza de barro, hay clientes que van hasta Amealco para comprar el producto en serie y distribuirlo en Querétaro, México, Monterrey y Guadalajara, y otros estados, aunque también las envían a Estados Unidos y Canadá.

Antonio Quirino, originario de Yospi, San Ildefonso, Amealco, es alfarero. De niño aprendió el oficio, a través de su padre. Lleva 30 años fabricando macetas, ollas para el agua y figuras de hongo de barro. Desde hace seis años comenzó a reproducir la típica calabaza de Halloween y esta pieza, dice, es la mejor que se vende.

El origen de esta figura de la calabaza hueca, esculpida con un rostro que sonríe, es desconocido para Antonio Quirino, que ha expuesto su trabajo en el Palacio de los Deportes y más reciente en la tercera Muestra Estatal de Artesanías, que se realizó del 11 al 14 de octubre en Plaza de Armas, Querétaro.

“Escuché que vino de Estados Unidos (la figura de calabaza), pero no sé en verdad quién trajo esto, ya cuando vi que la gente estaba trabajando, yo también me puse a trabajar y a hacer esto”, dice con un pausado español, porque su lengua materna es el otomí.

En la comunidad de Yospi, hay entre 30 o 40 alfareros, dice Antonio, y la gran mayoría de estos artesanos reproduce dicha figura, no sólo hombres, también las mujeres las fabrican y venden.

“Antes eran siete u ocho personas haciendo esto, ahorita ya hay más, en verdad casi ya todos, hasta mujeres hacen, no solamente los hombres; si las mujeres no tienen trabajo empiezan a hacer esto, solamente así pueden salir adelante con su familia”, relató.

Mediante un apoyo de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Antonio Quirino logró establecer su propio taller, ahí dirige a cinco personas, las cuales ayudan a producir 300 piezas de barro al mes.

Alonso Alcantar Morales, coordinador de Cultura de Amealco, dice que 50% de los habitantes de San Ildefonso se dedican a la alfarería, y que los talleres en los que trabajan han pasado de generación en generación, por lo cual se conserva este oficio.

Para las próximas celebraciones de Día de Muertos, los alfareros de Amealco se encuentran fabricando calaveras de barro, sin dejar de hacer las tradicionales calabazas.

“Es algo raro, pero la artesanía que se realiza más es esa, porque son las calabazas que se envían tanto a Estados Unidos o Canadá, y como algunos otros lados como Tequisquiapan y en el centro de Querétaro. Son calabazas que realizan nuestra manos artesanales de San Ildefonso Tultepec, Amealco, y se fabrican todo el año”, señaló

Entre la tradición y la moda

Raúl Tapia González, promotor cultural y encargado del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (Pacmyc), que trabaja en Querétaro a través de la Unidad Regional de Culturas Populares, menciona que la producción de las artesanías también obedece a las demanda del mercado y a las modas.

A través del Pacmyc y otras actividades de la Unidad Regional de Culturas Populares que dirige Roberto Villaseñor, dependencia que en este 2012 cumplió 25 años en Querétaro, se han desarrollado investigaciones en torno a los diversos tipos de artesanías, y también se han llevado a cabo talleres con el objetivo de impulsar una producción de artesanías utilitarias (vasijas, jarros, etc,) que resalten la identidad cultural del pueblo en donde se crea dicha artesanía, aunque la prioridad es vender.

“Si hacían tradicionalmente los cantaritos o las ollas para el agua o hacían sus kioscos o sus rosarios y no los venden, y de pronto les encargan un camión repleto de calabazas para tal fecha, pues se ponen a hacer todos calabazas, por supuesto, lo saben hacer, lo pueden hacer, tienen la capacidad de producción y además tienen la venta asegurada, lo hacen; por supuesto que es una influencia que no tiene nada que ver con la cultura hñäñho y ellos así lo ven, tienen muy claro eso, sin embargo es lo que se vende”, dice Tapia González.

Pese a la producción en serie de este tipo de ornamentación, los pobladores de Amealco no las usan para decorar sus casas ni sus altares de día de muertos.

El trabajo de la Unidad Regional de Culturas Populares, se enfoca a trabajar con los pueblos indígenas para que mantengan viva su historia e identidad cultural, a través de eventos como el “Encuentro de las culturas populares y los pueblos indígenas en Querétaro”.

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