La familia Rangel González se dedica a vocear EL UNIVERSAL Querétaro, tarea que fue impulsada por la jefa del hogar, Eva González Ramos, quien desde su infancia está inmersa en la venta de periódicos en la ciudad a través de un kiosco que fue la herencia que le dejó su padre.

Actualmente, Eva, su esposo —Miguel Rangel Fernández— y sus hijos Fátima y José Mario Rangel González, se dedican a la venta de este diario.

Eva es dueña de un kiosco —ubicado en el crucero de avenida Tecnológico y avenida Universidad— en el que además se comercian revistas de diferentes temas y vende EL UNIVERSAL.

También aprovecha para comerciar bebidas refrescantes para las personas que esperan su ruta de transporte público urbano.

“Fue desde los 12 años que le comencé ayudar a mi papá en el negocio, aún no me hacía cargo de un kiosco, sólo le ayudaba a atender, pero hacerme cargo yo sola de uno tiene como 20 años; ahorita tengo 42 años de edad, pero desde los cinco años estoy dentro de este ambiente”, explicó doña Eva.

Su esposo y sus dos hijos no se encuentran de forma permanente en un kiosco, sino que ellos vocean el producto noticioso en las calles y avenidas; su esposo lo hace en el mismo crucero en el que ella comercia; su hija en avenida Universidad; y su hijo en la colonia Carrillo. No obstante, todos han encontrado en EL UNIVERSAL su fuente de empleo.

Continúan la tradición

El kiosco ubicado actualmente en el crucero donde labora la señora González Ramos, era propiedad de su padre, quien al fallecer le dejó a sus cuatros hijos un puesto de periódicos. Eva tienen ya 11 años atendiendo el local comercial que obtuvo de su padre como herencia.

“A los 23 años me casé con Mario Rangel Fernández, él no se dedicaba a voceador, comenzó en el negocio por mí, él tiene nueve años dedicándose a esto, él me ayudaba aquí en el puesto, pero cuando llegó EL UNIVERSAL Querétaro se fue a trabajar allá en septiembre, desde que inició el periódico, y ahora tenemos los dos una fuente de trabajo”, celebró.

Miguel Rangel Fernández comenzó a emplearse como voceador de El UNIVERSAL en Querétaro desde el pasado septiembre, tiempo en el que se ha dado cuenta de que el emplearse como voceador es un trabajo de enorme nobleza, señaló.

“Yo siempre vendo mis periódicos, le echo ganas porque me gusta; además es mi fuente de trabajo”, externo el señor Miguel.

El voceador manifestó que su hijo José de 16 años de edad se dedica a la ventas de El UNIVERSAL; “mi hijo vende también, él vende, estaba aquí pero lo cambiaron, toda la familia se dedica a la venta del periódico, y mi hija vende en Universidad”, indicó.

Para concluir, Rangel Fernández dijo sentirse orgulloso de tener un trabajo, ya que le permite no sólo a él sino a toda su familia emplearse como personas honradas; además dijo “a mí me gusta el trabajo porque llega temprano el periódico, ahorita yo me estoy esforzando en venderlo porque como es periódico nuevo se está dando a conocer y eso en gran parte nos corresponde a nosotros, pero yo termino todos mis periódicos”.

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