Las bolsas de plástico, han sido una de las principales causas de daños ambientales y problemas de salud, matan aves, peces y otros animales que los confunden con alimentos, dañan los terrenos agrícolas, contaminan los sitios turísticos y proporcionan lugares de cría para los mosquitos portadores de malaria y dengue. Lo más lamentable es que el uso de una bolsa de plástico es de no más de una hora en promedio.

En la zona metropolitana de Querétaro, además de los problemas ambientales que trae consigo el uso de bolsas de plástico, también aumenta el riesgo de inundaciones al obstruir el drenaje superficial.

Las bolsas de plástico están hechas de etileno producto derivado del gas y del petróleo, los cálculos científicos más conservadores indican que una bolsa plástico demora por lo menos 400 años para degradarse.

El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), revela que tan sólo en 2015 se produjeron 322 millones de toneladas de plástico, equivalentes a 900 edificios y la tendencia en la producción desmedida de plásticos indica que en 2050 se producirán 33 mil millones de toneladas de estos materiales. El 99 por ciento de la totalidad de plásticos se produce a partir de combustibles fósiles, lo que provoca una excesiva presión sobre las limitadas fuentes de energía no renovables.

La fauna marina es particularmente vulnerable y sufre daños como el enmallamiento accidental, atrapamientos, y la ingestión de plástico. Se estima que los plásticos y otros desechos marinos afectan alrededor de 600 especies marinas. Igualmente provoca destrucción del lecho marino, incluyendo arrecifes de coral y pastos marinos.

En México existen diferentes regulaciones que tocan de manera indirecta el tema, sin embargo, no se cuenta con regulaciones específicas enfocadas a atender la problemática de la basura marina y terrestre proveniente de los residuos plásticos, ya que no existe una ley federal que establezca la prohibición nacional del uso de bolsas plásticas, aunque si hay disposiciones estatales, por ejemplo en la Ciudad de México se prohibieron las bolsas plásticas mediante la modificación en el año 2010 de la Ley de Residuos Sólidos.

Si consideramos que el municipio de Querétaro, según INEGI, al año 2015 presentaba una población total de 878,931 habitantes y que en un cálculo conservador, cada persona utiliza en promedio 6 bolas por semana, significa que se generan anualmente casi 274 millones de bolsas.

Con objeto de garantizar el derecho humano al medio ambiente sano, establecido en el artículo 4 de nuestra Carta Marga, el Partido Verde propone adecuar a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, con la finalidad de que las entidades actualicen su marco jurídico local, a efecto de que regulen y establezcan las bases para que se prohíba la entrega de bolsas de plástico, con motivo de cualquier acto comercial.

Asimismo, se plantea que la federación apoye a las entidades federativas, con la promoción en la investigación, desarrollo y aplicación de tecnologías, que prevengan, reduzcan, minimicen y/o eliminen la liberación al ambiente de contaminantes provenientes de la gestión integral de los residuos, incluido el uso de bolsas de plástico y de productos plásticos de poliestireno expandido.

Por último, a nuestro parecer un punto de vital importancia: una regulación sin la participación social de los industriales, cadenas comerciales y consumidores, está condenada al fracaso, por ello se debe promover constantemente una política de educación ambiental abierta a toda la población que tienda a optimizar su uso, reciclaje, producción de bolsas biodegradables y por supuesto, una mejora en la regulación y disposición del plástico.

“Nosotros los humanos producimos la basura que la naturaleza no puede digerir”. Charles Moore.

Secretario general del PVEM Querétaro.

@rastudilloqro

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