Medir la cantidad de ruido y luz en las empresas e industrias, tomar temperaturas para saber cuánto tiempo puede estar una persona laborando en determinado sitio, así como desarrollar herramientas de precisión, pensando en la seguridad de las personas, es lo que hacen los metrólogos todos los días, profesionistas que se reunieron en el coloquio “El Sistema Internacional de Unidades, fundamentalmente mejor” que tuvo como sede el Centro Cultural Manuel Gómez Morín.

Coral Flores, de 25 años de edad, egresada de la carrera de Ingeniería en Metrología Industrial, de la Universidad Politécnica de Santa Rosa Jáuregui, explica que los micrómetros para hacer las mediciones siempre, sin excepción, se deben de tomar con guantes, pues incluso la grasa y sudor humanos pueden hacer que una medición varíe y sea inexacta.

En una mesa exhiben varios de estos equipos especializados, durante el Coloquio de Metrología que se lleva a cabo en el Gómez Morín. Además, muestra otros equipos que sirven para medir distancias de manera precisa.

Coral, actualmente, labora en el área de ventas de una empresa dedicada a la fabricación de aparatos de medición y, de vez en cuando, entra al laboratorio para ver los procesos que se llevan a cabo en el mismo. Dice que siempre le han gustado las ventas, y ahora combina ese gusto con la metrología.

“En el tiempo en el que entré a estudiar no se escuchaba mucho (de la metrología) y es una parte que a mí me interesó, porque llegas a conocer cómo se hace un auto. En el área aeronáutica conoces todas las partes de los aviones, qué se le mide, cómo se ensambla… como estudiante, me llamó la atención”, abunda.

La joven explica parte de sus materias en la universidad, “no son muchas matemáticas, ya está todo, sólo hay que hacer fórmulas”, menciona la joven.

Recuerda que unos de sus familiares le comentó de esta carrera. Dice que el campo de trabajo de los metrólogos es el sector automotriz, el aeronáutico, la industria, es muy extenso su campo laboral, además de que los sueldos son bien remunerados en la mayoría de los casos.

La joven además de las ventas, ayuda en ocasiones a cursos. Señala que no hay partes complicadas de su trabajo, pues lo disfruta.

Frente al módulo de su empresa, está el de otra, dedicada a medir niveles de ruido, luz y temperatura en distintos espacios.

José Juárez Pérez, ingeniero de profesión, explica que la empresa a la que presta sus servicios se dedica a la calibración de instrumentos en las áreas de acústica y óptica. En el primer rubro calibran aparatos como audiómetros, sonómetros, docímetros, filtros y calibradores acústicos. Para el área de óptica calibran medidores de luminancia.

José explica que “los equipos de acústica se usan para hacer mediciones en las industrias y en campo para monitorear los niveles de ruido que hay. Cada empresa o cada lugar en donde haya exposición de ruido o haya fuentes emisoras de sonido se deben medir, para controlar esas fuentes de ruido y cuidar la salud de los trabajadores”.

Si una lugar es muy ruidoso ocasionará daños en la audición de las personas que trabajan en el lugar, y el trabajo que llevan a cabo es precisamente medir la cantidad de ruido presente, para la seguridad de las personas.

En el módulo de esta empresa hay un medido de ruido que se usa en bares y antros, pues el ruido no debe de pasar de ciertos niveles.

Apunta que en el caso de las mediciones de luminosidad son esenciales para la seguridad de las empresas, siempre de acuerdo a las normas gubernamentales, por lo que los servicios que brinda su compañía son vitales para el funcionamiento del equipo que tienen que calibrar y revisar.

Explica que calibrar los aparatos que miden las condiciones de trabajo en las empresas ayuda a la seguridad y productividad de los trabajadores, pues cuando el personal está expuesto a condiciones extremas de ruido, poca luminosidad o altas temperaturas, su integridad corre riesgo.

Menciona que cuando no hay condiciones adecuadas de luminosidad, por ejemplo, un trabajador puede sufrir un percance por no ver bien en su área de trabajo, o al contrario, cuando hay exceso de luz puede “encandilarse” y no ver en un momento decisivo del proceso laboral.

La Secretaría del Trabajo tiene ciertos parámetros para la iluminación de los diferentes centros de trabajo y para escuelas. La norma es de 300 lux (unidad de medición, un lux equivale a la luz de la luna llena a gran altura en zonas tropicales), por lo que por debajo de ese rango se considera que hace falta iluminación.

Del mismo modo, calibrar y cuidar el buen funcionamiento de los termómetros para las industrias es un tema delicado, pues de la adecuada calibración de los aparatos para medir las temperaturas puede depender la vida los trabajadores.

José muestra un aparato para medir la temperatura que tiene tres sensores, uno, de bulbo húmedo, simula el calor del cuerpo humano, al cual se le coloca agua, para simular la sudoración. Sirve para detectar cómo percibe un humano la temperatura.

El segundo sensor, de bulbo seco, detecta la temperatura ambiente como tal. El tercero, mide la temperatura, pero también la radiación solar. El valor final se analiza y se tiene un resultado final, para saber las condiciones de un centro de trabajo.

Los metrólogos son esenciales en las actividades productivas, pues la exactitud y precisión, son un trabajo muy fino.

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