Jorge Ibarra Ávila recordó el martes lo que vivió también un 19 de septiembre, pero de 1985, cuando vivía en la Ciudad de México y vio a la ciudad en ruinas, con miles de muertos y heridos, incluso él perdió a amigos y compañeros de trabajo, cuando el edificio donde laboraba colapso parcialmente.

Las imágenes que transmite la televisión reviven recuerdos en la mente de Jorge, quien experimentó de cerca la experiencia del terremoto de hace 32 años y que ahora, justo en la misma fecha, volvió a llenar de luto a la capital del país.

“Estaba viendo las noticias, y todo se me vino a la mente, muy impactante”, recuerda el hombre de 70 años de edad, que en 1985 su familia y él vivían en Calzada de La Viga. El edificio donde residían no sufrió daños, pero recuerda que esa ocasión, a pesar de estar acostumbrado a los temblores, fue impresionante.

“Estaba acostumbrado a los temblores, siempre viví en la Ciudad de México por ejemplo, el temblor de 1957 también lo viví” dijo.

Sobre el 85, narra que su suegro le dijo que estaba temblando, tratando de calmarlo diciéndole que ya pasaría, pues en otras ocasiones ya había vivido algunos sismos fuertes, sin mayores daños.

Sin embargo, en esa ocasión escucharon como caían los vidrios de los edificios, además de que tuvo que ir a trabajar, en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), recorrido que fue complicado de cubrir, pues no había camiones de transporte público, en ese entonces Ruta 100.

Tuvo que hacer parte del recorrido hasta su trabajo caminando, entre polvo y tierra de los edificios que se vinieron abajo por el sismo que tuvo la particularidad de ser trepidatorio y oscilatorio.

Contó que fue por su hijo a la secundaria, Jorge describe la situación en esos días como muy difícil. Toda la rutina de la ciudad se rompió por el fenómeno y las subsecuentes réplicas que se presentaron, la más fuerte el 20 de septiembre en la noche.

Recuerda que el edificio de la SCT, como muchos otros de gobierno sufrió daños severos. En el caso de la SCT los 10 pisos colapsaron, donde perdió a compañeros de trabajo.

“Fue impactante, nunca lo había vivido; el saber que los conocidos fallecieron fue difícil”, explica.

Para quienes vivieron el sismo de 1985 los recuerdos siempre permanecerán. Es el caso de Jorge que viendo lo ocurrido el martes en la Ciudad de México, Morelos, Puebla, Estado de México y Guerrero, las vivencias de mediados de la penúltima década del siglo XX regresan a la memoria.

Luego del terremoto muchas personas que radicaban en la Ciudad de México, salieron de la capital, para radicar en ciudades cercanas, como Querétaro, Pachuca, Puebla, Toluca o Cuernavaca, en unos casos habían perdido todo y en otros las empresas para las que laboraban les ofrecían reubicarlos.

Jorge y su familia, esperaron a que se cumpliera su jubilación para cambiarse a Querétaro, a consejo de uno de sus tres hijos, por la calidad de vida del estado.

Edificios derruidos, gente ayudando a rescatar a los atrapados entre ruinas, ciudadanos impactados, historias de muerte, pero también de sobrevivencia son las que recuerda Jorge de aquella mañana de 1985, y que regresan a la mente 32 años después, con una ciudad golpeada por la naturaleza.

No sintió el sismo del martes, encendió la televisión y las imágenes le fueron familiares, ahora con la nuevas tecnología en tiempo real, Al igual que Jorge, millones de habitantes revivieron cuando la solidaridad le dio un nuevo rostro a la capital del país.

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