Desde los primeros años de su vida, Sofía Molina visita comunidades de la Huasteca Potosina; además, convive con muchos niños que habitan cerca a la naturaleza.

Así surgió en ella el deseo de participar en la preservación del ecosistema y, a raíz de una tarea escolar, eligió colaborar en la preservación de una de las especies con mayor riesgo de extinción: el jaguar.

Con esta idea en mente creó Cococu, una organización sin fines de lucro que busca concientizar sobre la urgente situación de este animal, a través de conferencias y talleres tanto para niños como adultos.

El nombre de la iniciativa se deriva de las acciones conocer, concienciar y cuidar.  Su emblema es la figura de un pequeño jaguar.

El trabajo de Cococu se remonta a 2016, cuando Sofía, originaria de San Luis Potosí, cumplió siete años: “Viajaba mucho con mis padres. Ellos tienen otra asociación que está muy involucrada con las comunidades. Yo me quedaba con los niños y notaba que todas las decisiones se tomaban entre adultos. Fui creciendo y fui viendo que era lo mismo siempre y, cuando se me dio la ocasión, pensé en todo lo que se necesitaba para que el niño tuviera más oportunidades”,  explica.

Actualmente, Sofía tiene 10 años y ha viajado por el país presentando su propuesta en congresos, comunidades y escuelas de todos los niveles educativos, pero siempre regresa a la Huasteca Potosina y no tiene problema con recorrer decenas kilómetros y más de cinco horas en autopara llegar a las zonas selváticas de su estado.

¿Por qué cuidar al  jaguar? 

Un estudio realizado por el Instituto de Ecología de la UNAM determinó que hay alrededor de 64 mil jaguares en todo el planeta; de ellos,  90%  se encuentra en la región de la  Amazonia que abarca a Brasil, Perú, Ecuador y Colombia. En el resto del mundo, incluyendo nuestro país, únicamente está  10% de la población total de esta especia. La población de felinos en México es de menos de 4 mil y hay dos elementos que amenazan su supervivencia: la caza y la destrucción de su hábitat.

El hogar de este felino, el más grande del país, se ha perdido en más del 40%,  esto los ha confinado a zonas más alejadas de los seres humanos: las partes más altas de la zona montañosa  de las sierras Madre Occidental y Oriental y en algunas costas del Océano Pacífico, del Golfo de México  y el sur-sureste.

En el caso de San Luis Potosí, el jaguar únicamente  está presente en una pequeña región, la cual  comprende ocho  municipios de la Huasteca Potosina, una zona  famosa por sus  impresionantes paisajes naturales, la abundante vegetación y que cada vez atrae más turismo.

Niña activista lidera lucha por salvar al jaguar
Niña activista lidera lucha por salvar al jaguar

Además, el jaguar se ha denominado como  una especie “sombrilla”,  porque de ella depende el equilibrio de otras especies de plantas, insectos y mamíferos pequeños, por lo que es una pieza importante de su cadena natural.

Con el proyecto Cococu el Jaguar, la intención es que la gente de San Luis Potosí, especialmente los menores de edad,  sean conscientes de las especies que están cerca de ellos, aun si no las pueden ver,  y así se den cuenta de que acciones pequeñas, como respetar el bosque, tiene efectos grandes como la permanencia de una especie.

La joven activista quiere que otros niños participen y se sumen al programa como embajadores de Cococu, de esa manera llevarán la enseñanza a personas cercanas, como amigos, familia o  compañeros de escuela.

Parte del programa incluye a miembros de las comunidades que se comprometen a preservar su entorno en beneficio de las especies. Algunos de estos espacios, que se han denominado los cubiles de Cococu, son áreas  turísticas que reciben a visitantes de todo el país. El programa de conservación del jaguar tiene más de 11 mil hectáreas.

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