Ciudades de todo el mundo fueron ayer escenario de manifestaciones con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para reclamar mayor protección a las víctimas y medidas para la prevención y el castigo de los abusos machistas.

En París, con el eslogan: “Siempre y en todas partes contra la violencia contra la mujer”, un millar de personas exigieron aumentar los esfuerzos para detener las agresiones machistas, mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció una batería de medidas para ello y declaró que la igualdad será una de las “grandes causas” de su mandato.

La jornada reivindicativa tuvo especial seguimiento en España, donde miles de personas, convocadas por organizaciones sociales, partidos y sindicatos, desfilaron por las capitales de 50 provincias del país para expresar su rechazo al maltrato machista, que en lo que va de año costó la vida a 45 mujeres.

En Roma, varios centenares de personas se dieron cita en la plaza de la República y marcharon por las calles de la capital italiana para denunciar la violencia machista bajo el lema “Ni una menos”.

En cambio, la jornada solidaria mundial no halló respaldos en las calles en Rusia, que —salvo en las redes sociales— no recordó a sus víctimas de la violencia de género, porque, pese a que una de cada cuatro rusas la sufre, el problema es invisible en un país que ensalza el machismo por su tradición cristiana ortodoxa.

En India, nueve mujeres que fueron víctimas de ataques con ácido se subieron a una pasarela de moda para un desfile inédito, en el día de la lucha contra la violencia de género.

Las mujeres desfilaron con vestidos cedidos por grandes diseñadores indios como Rohit Bal, Ranna Gill y Archana Kochhar. Desafiantes, ninguna de ellas se cubrió el rostro. “La gente a menudo desvía la mirada cuando salgo a la calle”, dijo Khatoon a la AFP.

En América, como cada 25 de noviembre, la solidaridad llenó ayer de gente y pancartas las calles de Buenos Aires para exigir el fin de los feminicidios, que este año costaron la vida a 254 argentinas. Desde 2015, cuando el grito de la campaña “Ni una menos” surcó el país, el gobierno recibió un mensaje contundente, ante el dato de que una mujer es asesinada a manos de un hombre cada 30 horas en el país, y a cientos de ellas se les arrebata la vida cada año.

América Latina y el Caribe es “la región más peligrosa del mundo para la mujer”, denunció el director del Centro Regional para esa región del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, Richard Barathe.

A la cabeza de esa macabra estadística está Honduras, con una tasa de homicidio de mujeres por encima de 10 por cada 100 mil habitantes, “la más alta del mundo”, según Lara Blanco, directora regional Adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.

Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, el año pasado 188 mujeres fueron asesinadas en la República Dominicana, país que ocupa el quinto lugar con mayor número de feminicidios de la región, por detrás de Honduras (466), El Salvador (371), Argentina (254) y Guatemala (211).

Ante este panorama mundial, la ONU celebra desde hoy y hasta el 10 de diciembre la campaña “Que nadie se quede atrás: pongamos fin a la violencia contra las mujeres y niñas”, cuyo objetivo es combatir esta lacra.

Con este motivo, hoy se iluminarán de color naranja las fachadas de edificios emblemáticos de Santo Domingo, La Paz, Quito, Ciudad de Panamá, Ciudad de México, Bogotá, Buenos Aires, Montevideo y Caracas.

En Brasil, donde cada dos minutos cinco mujeres sufren violencia física, se iluminaron ayer el Congreso Nacional, en Brasilia, y el Cristo Redentor, en Río de Janeiro.

En Colombia fue el presidente Juan Manuel Santos quien pidió a la gente que asuma como propósito la no violencia contra las mujeres. En Chile, la mandataria Michelle Bachelet instó a promover cambios culturales y políticas públicas para erradicar la violencia de género y construir una sociedad “libre de agresiones”.

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