Al menos 21 personas murieron y 68 resultaron heridas ayer por la explosión de un coche-bomba en una academia de policía en el sur de la capital colombiana, en un hecho que el gobierno calificó de “acto terrorista demencial” que provocó temores de un regreso al violento pasado del país sudamericano.

Por la noche se informó de la muerte de un cadete de 21 años que se encontraba en cuidados intensivos, lo que elevó la cifra de decesos por el ataque perpetrado en la Escuela de Policía General Santander, de Bogotá.

El atentado se produjo a las 9:30, hora local, cuando un hombre, identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez, llegó en una camioneta Ni-ssan cargada con cerca de 80 kilos de pentolita, un químico altamente explosivo, según el fiscal general Néstor Humberto Martínez.

En el control de seguridad, perros expertos en explosivos detectaron el peligro, pero cuando los policías de la guardia intentaron detener al agresor, éste aceleró, arrolló a uno de los agentes, avanzó poco más de 200 metros y se estrelló contra el muro del dormitorio de mujeres. Murió en el acto. La mayoría de víctimas eran alumnos de la escuela y entre los fallecidos está una cadete ecuatoriana, informó el diario colombiano El Tiempo. Entre los heridos hay estudiantes panameños.

Pocos minutos antes del atentado había terminado la ceremonia de ascenso de cadetes de la policía.

Imágenes publicadas por El Tiempo, así como en redes sociales, mostraban los restos de un vehículo en llamas, mientras socorristas corrían por el lugar. Afuera del complejo, decenas de familiares se reunieron a la espera de recibir información sobre la situación de los alumnos.

El presidente de Colombia, Iván Duque, canceló un consejo de seguridad en la ciudad de Quibdó y regresó a Bogotá en compañía del ministro de Defensa, Guillermo Botero, y de la cúpula militar. “Ese demencial acto terrorista no quedará impune. Los colombianos nunca nos hemos sometido al terrorismo, siempre lo hemos derrotado, esta no será la excepción, no nos doblegarán”, dijo Duque al término de una reunión con la cúpula de las Fuerzas Armadas en la academia policial que fue blanco del ataque. Decretó tres días de duelo.

“Ni un paso atrás frente a quienes atacan miserablemente a la sociedad. Todos juntos, sin ningún distingo, debemos apoyar a la Fuerza Pública para capturar y castigar con severidad, de la mano de la justicia, a los autores de esta barbarie”, agregó sin responsabilizar de inmediato a ningún grupo por el ataque. Tampoco se conoce aún el móvil, o si la explosión fue detonada a distancia, pero se investigan los nexos de Rodríguez.

Anoche, decenas de colombianos se reunieron frente a la escuela para una vigilia. El atentado recordó a los ciudadanos los tiempos en que ese tipo de acciones eran frecuentes, en medio de la guerra del Estado contra el Cártel de Medellín que dirigió el difunto narcotraficante Pablo Escobar, a finales de la década de 1980, así como por las acciones de los grupos guerrilleros izquierdistas. Sin embargo, la violencia se redujo considerablemente tras el acuerdo de paz que firmaron en 2016 el gobierno y la desmovilizada guerrilla de las FARC para poner fin a un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 260 mil muertos y millones de desplazados.

La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, el partido político que surgió de las FARC, se desmarcó del atentado, que condenó, a la vez que pidió a las autoridades establecer los hechos y capturar a los responsables a la brevedad posible.

Asimismo, llamó en un comunicado a los colombianos a “persistir en la construcción de un pacto nacional que saque la violencia y las armas del ejercicio de la política”.

La comunidad internacional repudió el ataque. “El gobierno lamenta profundamente los hechos ocurridos en Bogotá... Expresamos nuestra solidaridad con el gobierno de Colombia, y con familiares y amigos de las víctimas”, señaló la Cancillería mexicana en su cuenta de Twitter. El canciller Marcelo Ebrard subrayó que Bogotá es “una ciudad siempre amiga con México en horas difíciles”. Además, la embajada mexicana en Colombia activó el número telefónico 3138786028 para atender a los connacionales en aquel país.

Las organizaciones de Naciones Unidas (ONU) y de Estados Americanos (OEA) expresaron su respaldo y solidaridad al pueblo colombiano. El secretario general de la ONU, António Guterres, criticó lo que llamó un “acto criminal inaceptable”.

bft

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