Washington.— El gobierno del presidente Donald Trump comenzará a tomar las huellas dactilares de quienes reclamen la custodia de niños que entraron ilegalmente a Estados Unidos sin un pariente adulto, dijeron ayer funcionarios, lo que generó críticas de que los niños podrían ser abandonados por aquellos que temen ser identificados y deportados.

El anuncio se produce en medio del escándalo por la supuesta desaparición de más de mil inmigrantes menores de edad que fueron separados de sus padres al entrar en el país ilegalmente, algo que la administración niega. “Con la cooperación del DHS [Departamento de Seguridad Nacional] llevaremos a cabo una verificación de antecedentes basada en las huellas digitales de cada patrocinador”, dijo Steven Wagner, secretario adjunto en funciones de la Administración para Niños y Familias del Departamento de Salud y Servicios Sociales estadounidense (HHS, por su sigla en inglés), encargado de encontrar viviendas para los niños migrantes.

Rich Leimsider, director ejecutivo del Proyecto Safe Passage, que representa a niños inmigrantes en Nueva York, advirtió que “esta política indudablemente hará más probable que los patrocinadores calificados se escondan en las sombras, dejando vulnerables a los niños pequeños languideciendo en la cárcel de inmigración”.

 

Por su parte, Jennifer Podkul, directora de Políticas Públicas de la organización Kids in Need of Defense (KIND), alertó de que esta medida “sólo va a aumentar la vulnerabilidad de los niños, porque o bien nadie los acogerá o serán organizaciones de tráfico de personas las que lo gestionen... Necesitamos que el pueblo estadounidense entienda la magnitud de esta atrocidad”.

El lunes, medios de EU revelaron que el gobierno ha perdido el rastro de al menos mil 475 menores que fueron separados de sus familias al solicitar asilo en la frontera estadounidense con México.

Eric Hargan, subsecretario del HHS, lo negó. “No están ‘perdidos’; sus padrinos —quienes suelen ser padres o parientes, y quienes en todos los casos se les revisó los antecedentes penales y se examinó su capacidad de cuidarlos— simplemente no respondieron o no fue posible contactarlos cuando se hizo el llamado voluntario”, dijo. Funcionarios del Ejecutivo culparon de la situación actual a los “vacíos legales” heredados de la administración de Barack Obama (2009-2017). Sobre los menores no ubicados, Stephen Miller, asesor de la Casa Blanca, aseguró que “no existe motivo para pensar que les ha pasado algo. Si llamas a un amigo y no contesta al teléfono, no piensas que haya sido secuestrado”, dijo.

Activistas afirman que lo que está pasando se debe a la política migratoria actual de “tolerancia cero”, porque “ninguna ley anterior a la administración Trump requiere la separación familiar, como alega el gobierno”, dijo Michelle Barné, de la organización Women’s Refugee Comission.

Según The Washington Post, debido a esta política, la cifra de menores migrantes sin sus padres bajo custodia del gobierno de EU se disparó 21% en el último mes. El diario aludió a datos del HHS, que revelan que tenía 10 mil 773 niños migrantes en custodia, respecto de los 8 mil 886 que tenía al 29 de abril. Un funcionario del Departamento alertó que los refugios ya están a 95% de su capacidad.

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