Managua.— Durante el asedio de fuerzas combinadas del gobierno contra varias ciudades de Nicaragua, se reanudó ayer el diálogo que busca parar la violencia que ha dejado más de 200 muertos en dos meses de protestas que exigen la salida del poder del presidente Daniel Ortega.

Tiroteos, incendios de locales y operaciones de limpieza de barricadas, con hombres armados y palas mecánicas, se registraron en los departamentos de León y Managua, incluidas sus capitales. Pobladores reportaron heridos, pero los grupos humanitarios no han dado un balance oficial.

La policía reportó que una agente murió ayer en Nagarote, al noroeste de Managua, cuando los efectivos “fueron agredidos por grupos delincuenciales con armas y morteros”, mientras realizaban operativos para retirar retenes y barricadas en varias ciudades.

 

La nueva sesión del diálogo nacional de Nicaragua concluyó ayer sin acuerdos relevantes, tras la negativa del gobierno de discutir un adelanto de elecciones y la sustitución de autoridades electorales y judiciales, informaron dirigentes de la opositora Alianza Cívica.

Daisy George, miembro de la coalición, dijo que los representantes del presidente Daniel Ortega “no tuvieron voluntad política de tocar el tema” en la mesa electoral, una de las tres instancias de trabajo que sesionaron ayer.

En tanto, la tercera mesa de debates, la de verificación y seguridad, alcanzó un primer acuerdo: el de “trabajar el tema del respeto a la vida, que pasa por el cese a la represión”, explicó Azahálea Solís, presidenta de esa instancia.

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