Aunque están conscientes de que sus posibilidades de medalla son pocas, la pareja mexicana de voleibol de playa viajó a Río de Janeiro con la misión de al menos superar la fase de gru pos.

“Estamos contentos por empezar a competir, sabemos que los rivales a los que nos enfrentaremos son potencias mundiales, pero no viajamos con ningún complejo”, dijo Lombardo Ontiveros.

La dupla llegará a la sede olímpica con la moral en alto, luego de clasificar de manera directa gracias los resultados en la Gira Mundial y en los certámenes clasificatorios avalados por la Federación Internacional de la especialidad.

“Vamos paso por paso y tenemos confianza en que podremos concretar un buen papel. Ya hemos jugado antes con Italia y Estados Unidos, dos de nuestros rivales y les hemos ganado, así que van a ser unos Juegos interesantes”, agregó.

Juan Virgen, el otro integrante del equipo, aseguró que aunque en el papel no son favoritos, aprovecharán cualquier descuido de sus rivales para dar la sorpresa.

“En los Olímpicos, todo puede suceder. Si alguno de los Top 8 titubea, nosotros estaremos ahí para aprovechar la oportunidad. Dejaremos todo en cada duelo, porque somos mexicanos y tenemos mucha garra y ganas de que nos reconozcan como una pareja de nivel”, comentó.

Con ilusión. También viajararon los remeros Juan Carlos Cabrera y Kenia Lechuga, quienes inician su participación el 6 de agosto.

“Tuvimos un campamento en Nuevo León con condiciones similares a las de Río, así que el clima no nos será desconocido. Creo que en lo personal llego bien después de obtener resultados como un octavo lugar en la Copa del Mundo. Espero que podamos ubicarnos en el Top Ten”, dijo Cabrera.

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