Guadalajara.— Cuando el árbitro Francisco Chacón marcó aquella falta de Tiago Volpi en el área local, Víctor Manuel Vucetich sólo atinó a taparse el rostro con las manos. Quedaban algunos segundos por jugarse, pero el director técnico del Querétaro estaba consciente de que todo había terminado.

Tercera derrota consecutiva la de los Gallos Blancos. La de ayer (1-2) fue muy dolorosa, porque enfrentaron a un equipo que acababa de ser cimbrado.

La visita al Guadalajara lucía como la ocasión perfecta para salir de la mala racha y aprovechar la motivación que dejó la goleada del jueves, sobre el Verdes FC de Belice (8-0), dentro de la Liga de Campeones de la Concacaf.

Exitoso debut de Matías Almeyda como director técnico de las Chivas, con el ‘Rey Midas’ como lujosa víctima. Pese a que hace unos meses guió al equipo a su primera final en la hoy llamada Liga MX, el experimentado director técnico parece haberse agotado todo el crédito ganado.

Es por eso que sus labios se secaron cuando Omar Bravo remató aquel servicio de Carlos Fierro (56’). Para muchos de los presentes en el estadio Omnilife, el sinaloense acababa de firmar su tercer doblete en el Apertura 2015. La realidad es que sólo la segunda anotación le fue concedida.

Chacón dio como autogol de Víctor Milke el tanto que abrió el marcador (21’). Es cierto que el máximo romperredes chocó aquella pelota servida por el ‘Güero’ Fierro, mas es altamente probable que no se hubiera metido al marco visitante sin el desvío del joven zaguero central.

Oscura tarde para el sustituto del capitán Miguel Ángel Martínez. El ‘Negro’ jugó su mejor partido fuera del campo. Sin él, Dionicio Escalante volvió a ser el desubicado y poco sólido marcador que no tuvo fortuna en sus primeros años con el Guadalajara.

Sufrió con los veloces movimientos del capitán rojiblanco, cuyo ímpetu y liderazgo rescataron a un plantel bastante lastimado dentro y fuera del campo.

Problemática no aprovechada por el Querétaro, envuelto rápidamente por el vértigo que practicó el contrincante durante buena parte de la primera mitad, cuando los esfuerzos eran más repartidos. Todo cambió para el local con la expulsión de Marco Fabián (73’), quien se perderá el Clásico de clásicos.

El medallista áureo en los Juegos Olímpicos Londres 2012 reclamó al silbante. Simple ardid. La patada a Orbelín Pineda era digna del cartón carmesí.

Fue entonces que los Gallos Blancos generaron constante peligro en el marco defendido por Antonio Rodríguez.

Con paridad numérica, Luis Miguel Noriega fue el único con reales opciones de marcar. Falló las tres que tuvo. Daba inicio el calvario para Vucetich.

Ese que disminuyó un poco gracias al certero cabezazo de Milke (79’), a quien en el área visitante le sobró la entereza que tanto le faltó en la suya.

Simple espejismo. Las Chivas, aún sin Fabián y con Miguel Ponce severamente disminuido en los minutos finales, se las ingeniaron para llegar a la otra orilla.

La última posibilidad llegó con la valentía de Volpi, quien solicitó permiso para buscar el balón cerca del marco adversario. Le sobró fuerza y cometió infracción.

No había más por hacer, así es que Vucetich tapó su rostro como muestra de dolor.

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